Voy en retroceso
En estos días por causalidad me ha tocado comer y cocinar platos a la vieja usanza: Por ejemplo Héctor hizo un carré de cerdo horneado sobre vegetales que recogían los jugos o mañana que haré un pollo marinado y horneado o el Jueves que haré un trozo de carne que me traje de Brasil, etc.
La cosa me ha puesto a pensar, por que cada vez me provoca más comer así: es decir horneados, estofados, sin mayores decoraciones, ollas grandes con sopas, con el centro de la mesa como excusa para servirse ... en fin comida "burrera" como despectivamente decimos los venezolanos. Son platos y sobre todo formas de cocción que se han ido perdiendo de los restaurantes porque obviamente es más fácil poner una espuma de un sifón que hornear una hora algo. Ojo, no es por polemizar, ambas formas de cocinar son válidas y necesarias ... lo triste es que hemos dejado de hacer una y estamos demasiados "pegados" con la otra.
La cosa me ha puesto a pensar, por que cada vez me provoca más comer así: es decir horneados, estofados, sin mayores decoraciones, ollas grandes con sopas, con el centro de la mesa como excusa para servirse ... en fin comida "burrera" como despectivamente decimos los venezolanos. Son platos y sobre todo formas de cocción que se han ido perdiendo de los restaurantes porque obviamente es más fácil poner una espuma de un sifón que hornear una hora algo. Ojo, no es por polemizar, ambas formas de cocinar son válidas y necesarias ... lo triste es que hemos dejado de hacer una y estamos demasiados "pegados" con la otra.
Comentarios
No hay nada como una pierna de cordero braseada (que sigo diciendo que es una palabra que sirve para la parrila o la fogata) con puré...
Los cocineros modernos a veces abusan de las espumas, gelatinas y cosas raras. No está nada mal un poco de tradición, al menos para balancear el resultado final.
¿Qué tal un boeuf en daube?
Saludos,
Biscuter
Nada como un buen guiso, colocar toda la comida en el centro de la mesa y compartir.
Saludos y suerte.
JC.
Saludos, Ronald Ch.
Fíjate que esto me recuerda tus posts de días pasados cuando tenías gripe y todo giraba en torno a la consentidera, a esta aventura familiar y tu admiración por Héctor y tus otros socios. A mi este tipo de platos me remonta a situaciones de consentimiento total por el tiempo que toma preparalos, el sabor cálido e intenso, además de que son platillos para compartir, querer y dejarse querer. A lo mejor el menú ideal para estos días de romanticismo. ¡Buen apetito!
María Alecia
Mi tía siempre dice que no podemos despegarnos de nuestras tradiciones, claro que tenemos que conocerlas primero y ella dice que muchos de nosotros nos alejamos de las tradiciones por la novedad, por lo supuestamente vanguardista. Bueno yo pienso que ella tiene algo de razón pero yo sigo interesado en la cocina molecular y cosas de esas.
Sansón Carrasco