SOBRE LA COMPLEJIDAD GASTRONÓMICA
La palabra es cosa seria. Y al nombrarla no nos referimos a ella como lenguaje o como una aptitud. Hablo de aquella que desde su muy entera soledad nos llena de ofrecimientos y promesas. Apuntemos por ejemplo la palabra complejidad. Unos podrán escribir: sobre "la complejidad de las computadoras modernas" y otros en cambio aseverar que "subir al cerro Ávila es tarea compleja". Podría parecer que en ambos casos la estamos usando bajo la misma acepción gramatical (recordemos que también describe a un conjunto de edificaciones industriales y a emociones psicológicas) que se refiere fundamentalmente a lo difícil, a lo complicado. Pareciera pero no es. La sutil diferencia entre complicado y difícil es tremenda. Hablar de complejidad refiriéndose a computadoras nos lleva a pensar en sapiencia, en estudio, en inteligencia, en entrenamiento, como casi todas las cosas complicadas. Hablar de complejidad en el caso del ejemplo del cerro, nos lleva a pensar en esfuerzo, en sudo...