El PAIS de España está publicando foros bien interesantes todos los jueves con cocineros. Entren al LINK y vean por ejemplo la del Chef Santi Santamaría.
A Dumel. Mi más grande amor. NOTA: Este escrito fue ampliamente discutido entre Dumel, su Mamá y su Papá. Los tres acordamos que se publicara. Más allá de la intención confesional y de búsqueda de sensibilización ante un escenario complejo, publicarlo es una decisión muy meditada. I Cuando leí el comentario de Juan en su propio Facebook me asusté. Sentí un escalofrío que me impulsó a cerrar el programa. Al rato volví abrirlo, releí y lo desactivé como mi amigo de Facebook. No tanto por rabia hacia él, sino más bien con desazón. Juan es una persona bastante inteligente, alguien que aprecio. Aun así, ese día escribió “a esas mierdas habría que matarlas”. Una de esas “mierdas” es mi hija. Mi Dumel. Dumel fue bautizado Pablo hace 24 años. Ahora nos pide que no le digamos más Pablo. Nos pide que le digamos ella. Ha sido dificilísimo para su madre y para mí. Pero este escrito no es sobre mí. Yo, su orgulloso padre, yo el que la ama con absoluta parcialidad, yo que la a...
- Ahora que lo pienso, no recuerdo ningún plato de ese restaurante, en cambio de este y aquel otro recuerdo muchos platos. Quien dijo esa frase fue mi esposa y se refería a restaurantes en los que fuí chef, bien como empleado o los que he abierto junto a ella. Ella recordaba con mucha nostalgia platos que hice inclusive 25 años atrás. Era una conversación informal. De pareja. Estaba mi hija. Ella también recordaba platos, de los mismos restaurantes, algunos hechos cuando mi hija era apenas una niña. Descubrí que hay platos, menús, que son recordados. Y platos, conceptos completos, que son olvidados. ¿De qué dependerá? ¿En que acerté las veces que lo hice? ¿En qué fallé las veces que lo hice? No tengo una respuesta clara (aunque sí una intuición) y ahora que estoy por abrir un nuevo restaurante esta conversación de ayer me golpea como un rayo y me toca pensar mucho. Pero esa conversación, informal, de una pareja que está por tomar café en la mañana, me llevó a pensar en aquellos re...
PARTE 1 (LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO) No quedé Papá, me acaban de avisar. Yo había esperado un par de días para preguntarle a Jazmín, pero suponía que el silencio en el chat familiar no era un buen augurio porque todos sabíamos la fecha límite para que le respondieran. Que a uno no lo acepten en un trabajo es siempre frustrante y es una posibilidad para la que hay que estar preparados. La diferencia es que este “no quedé” era uno más de una cadena que llevaba más de un año. Un año descubriendo ofertas, armando curriculum, mandando correos, participando en entrevistas online al mismo tiempo que otros candidatos, ilusionándose con los llamados a una segunda entrevista. Mi hija está absolutamente calificada para el trabajo que busca (incluyendo dominio perfecto del inglés) y tiene experiencia, así que no era descabellado que más de una vez pensara que el puesto era para ella, pero tiene un gran problema: es trans. Yo me había ido distanciando de Jazmín. No por algo en particular...
Comentarios