Santi Santamaria

Santi Santamaria propone degustar 55 obras de la literatura catalana a través de sus recetas

El cocinero presentó ayer Santi Santamaria entre llibres i fogons, en el que une literatura y gastronomía y desde el que defiende la tradición de la cocina catalana frente a la vanguardia

JUSTO BARRANCO - 23/11/2005
BARCELONA

Del Canigó de Jacint Verdaguer han salido fresas y frambuesas con granizado de menta. De Solitud, de Víctor Català, arroz con bacalao. De La Ben Plantada de Xènius, un timbal de dátiles. Y de El quadern gris de Pla, un sofrito. El nuevo libro de Santi Santamaria (Sant Celoni, 1957), el primer cocinero catalán con tres estrellas en la Guía Michelin, une cultura y fogones de una manera singular: Santi Santamaria entre llibres i fogons (Galerada) recoge 55 textos de obras populares de la literatura catalana que hacen referencia a alimentos o comidas, y a partir de esos textos propone una receta o explica cómo elaboraría la que consumen o cocinan los personajes, en una suerte de degustación literaria. "Se trata de aprovechar el boom que vive la cocina catalana aquí y alrededor del mundo, que la cocina haga crecer la literatura, que tiene más dificultades para salir", explicó el editor Joan Maluquer.

Santi Santamaria, que presentó ayer la obra en su restaurante Can Fabes, explicó que se trata de "un libro comprometedor y de compromiso, porque reescribir la cocina popular catalana interrelacionada con el mundo literario no es tan fácil para un cocinero. La mayoría no hemos leído las grandes obras de la literatura catalana, aunque algunos de los escritores de la lista sean autores de cabecera para mí o incluso grandes amigos".

Para el autor, era una feliz coincidencia que el libro se presentara "en el momento en el que se celebra un festival gastronómico en el País Vasco", unos actos que, indicó, sirven para que unos cocineros idolatren a los otros. "Lo mejor que puede pasar en la cocina es lo que pasa en nuestra casa y nuestros restaurantes, lo que hay dentro del plato", añadió. Explicó que en el libro abundan las imágenes de alimentos crudos porque en la cocina catalana tradicional impera el sentido del gusto, "pero el gusto no tiene estética, y no sé hacer atractivo un sofrito para una foto". Por eso, dijo, "hemos de jugar con lo que siempre he pensado que es nuestra cocina: los productos, mostrándolos como son, sin transformar". Y destacó que no se puede renunciar a la memoria a cambio de la vanguardia, por lo que remarcó que en el libro no podían faltar la escudella y la carn d´olla.

El escritor Vicenç Villatoro, autor del prólogo, se preguntó qué hace la cocina en la literatura habitualmente, y se respondió con la magdalena de Proust: es un elemento de la memoria. "En uno de los grandes libros de la literatura catalana, El que hem menjat, de Pla, no es sobre cocina, es sobre él mismo y un jardín de infancia, de juventud amenazado, a punto de perderse".


Roger Michelena- Librero
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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Qué buena noticia! Quienes tenemos interés por ese tema debemos agradecerle a un cocinero de la calidad de Santi Santamaria que se haya ocupado del mismo, de la manera como parece haberlo hecho. ¿Encontraremos ejemplos equivalentes en la literatura venezolana? Indagaremos.

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