ALTA COCINA: UN CONCEPTO ÉTNICO
Difícil definir eso que gastrónomos y críticos llaman Alta Cocina. Posiblemente la dificultad estribe en el poder de la palabra, ya que, al igual que en el infeliz caso del uso del término Cocina Molecular, pareciera que nuevamente el empleo de una palabra mal escogida (en este caso Alta) ha atentado contra el entendimiento correcto de lo que se pretende expresar con esos conceptos. En el primer caso, ha resultado inevitable que el gran público asocie de manera errónea, y muy injustamente, la palabra molecular con química y locura; en el segundo, ha resultado igualmente inevitable que se asocie la palabra Alta con distanciamiento y jactancias desmedidas, quizás porque hemos permitido que se simplifiquen groseramente los conceptos, debido al vicio muy extendido entre los críticos gastronómicos de hacer uso fácil de la ironía como recurso de transmisión de las ideas: ¡Nada le ha hecho más daño al término Alta Cocina, que el uso de la triada malo-poquito-caro!, lo que es equivalente a de...