COLOMBIA PROVOCA
El turismo gastronómico ha pasado a ser una fuerza que esgrime tal poder, que simplemente no existe guía de viajero o portal de Internet que no dedique una parte importante de sus secciones a enumerar, clasificar y recomendarle al turista las diferentes opciones gastronómicas que exhibe la ciudad, bien sea a través de restaurantes, comederos de calle o visitas a mercados populares. Salvo que vayamos tras la búsqueda específica de algún monumento o en plan de parque de diversiones para los niños, es bastante improbable que un viaje de descanso se planifique hacia algún lugar en el que consideremos que la comida no va a ser de nuestro agrado.
Siendo pragmáticos, podemos aseverar que siempre tendrá las de ganar como destino de preferencias, un lugar bonito con buena comida versus otro muy bonito con mala comida. Conscientes del poder de gravitación que genera el tema a la hora aumentar las arcas de una ciudad con moneda extranjera fresca, en algunos países la organización de cordones de restaurantes o de eventos gastronómicos deja de ser únicamente tarea de la empresa privada y de las universidades, gracias un poderoso nuevo aliado: las alcaldías. Las que hasta ahora habían sido tertulias reflexivas para deleite de especialistas, comienzan a convertirse en verdaderos parques temáticos capaces de atraer decenas de miles de personas en un par de días. En ese aspecto pareciera que nuevamente Colombia está generando pauta.
Hace una semana culminó en la ciudad de Medellín el evento “PROVOCA 2007” que por tercer año consecutivo, desde los predios del fabuloso Jardín Botánico de Medellín, convocó a una cantidad impresionante de paseantes, especialistas, aficionados y turistas. Es emocionante toparse con personas que esgrimen el melodioso acento de los venezolanos, fotografiándose abrazadas a las gordas del maestro Botero (hijo ilustre de la ciudad) o caminando descalzas por el fabuloso Parque de los pies descalzos, para luego reconocerlas, mapa en mano, pagando los 8 dólares de entrada del congreso como si de otro museo se tratara. En cada congreso de gastronomía es posible ser testigos de aquellos productos que de manera industrial o artesanal se elaboran en la región, observar clases de cocina tanto de especialistas como de aficionados, comer en los cientos de tarantines que a brazo partido se pelean los amores de la masa caminadora, entender aspectos culturales foráneos gracias a invitados internacionales (en este caso el invitado de honor fue Perú) y sobre todo saborear el orgullo de un pueblo antioqueño que sabe que lo malo pasó.
Dos eventos en particular me parecieron trascendentes: Todos los días a diferentes horas el público podía pasar a una carpa con el bonito nombre de “Conversatorios” en donde intelectuales y estudiosos de diferentes países de Latinoamérica, a través de conferencias, exponían sus trabajos al gran público logrando que se dieran riquísimos foros. Por otro lado se habilitó una enorme carpa llamada “Charcutería artesanal” en donde los artesanos exhibían propuestas gastronómicas que día a día hacen en sus casas. Conservas, encurtidos, galletas, infusiones, deshidratados, quesos; se peleaban los favores de transeúntes. Lo que resulta particularmente interesante de la proposición es que casi todas las que exhibían eran mujeres que han comenzado a agremiarse para lograr la fuerza comercial de la que carecen en caso de querer atacar al mercado en solitario. Sueños como tiendas para vender los productos artesanales antioqueños comienzan a gestarse en las cabezas de las miembros de esta cooperativa de nacimiento espontáneo.
Colombia está dando un paso importante, PROVOCA 2007 es apenas uno de los varios congresos de magnitud del año. El mes pasado por tercera vez la calle Granada de la ciudad de Cali fue tomada por aquellos que querían ser testigos de “Granada Festivo” y en apenas cinco días se dará el toque de diana para iniciar la quinta edición del “Congreso Nacional de Popayán”, quizás el de mayor trascendencia intelectual del país vecino. Toda ésta vorágine gastronómica 2007 seguramente tendrá un broche de oro del 14 al 18 de Noviembre con la segunda edición de “GatronoMIA 2007” en el bogotano recinto ferial de Corferias.
Siendo pragmáticos, podemos aseverar que siempre tendrá las de ganar como destino de preferencias, un lugar bonito con buena comida versus otro muy bonito con mala comida. Conscientes del poder de gravitación que genera el tema a la hora aumentar las arcas de una ciudad con moneda extranjera fresca, en algunos países la organización de cordones de restaurantes o de eventos gastronómicos deja de ser únicamente tarea de la empresa privada y de las universidades, gracias un poderoso nuevo aliado: las alcaldías. Las que hasta ahora habían sido tertulias reflexivas para deleite de especialistas, comienzan a convertirse en verdaderos parques temáticos capaces de atraer decenas de miles de personas en un par de días. En ese aspecto pareciera que nuevamente Colombia está generando pauta.
Hace una semana culminó en la ciudad de Medellín el evento “PROVOCA 2007” que por tercer año consecutivo, desde los predios del fabuloso Jardín Botánico de Medellín, convocó a una cantidad impresionante de paseantes, especialistas, aficionados y turistas. Es emocionante toparse con personas que esgrimen el melodioso acento de los venezolanos, fotografiándose abrazadas a las gordas del maestro Botero (hijo ilustre de la ciudad) o caminando descalzas por el fabuloso Parque de los pies descalzos, para luego reconocerlas, mapa en mano, pagando los 8 dólares de entrada del congreso como si de otro museo se tratara. En cada congreso de gastronomía es posible ser testigos de aquellos productos que de manera industrial o artesanal se elaboran en la región, observar clases de cocina tanto de especialistas como de aficionados, comer en los cientos de tarantines que a brazo partido se pelean los amores de la masa caminadora, entender aspectos culturales foráneos gracias a invitados internacionales (en este caso el invitado de honor fue Perú) y sobre todo saborear el orgullo de un pueblo antioqueño que sabe que lo malo pasó.
Dos eventos en particular me parecieron trascendentes: Todos los días a diferentes horas el público podía pasar a una carpa con el bonito nombre de “Conversatorios” en donde intelectuales y estudiosos de diferentes países de Latinoamérica, a través de conferencias, exponían sus trabajos al gran público logrando que se dieran riquísimos foros. Por otro lado se habilitó una enorme carpa llamada “Charcutería artesanal” en donde los artesanos exhibían propuestas gastronómicas que día a día hacen en sus casas. Conservas, encurtidos, galletas, infusiones, deshidratados, quesos; se peleaban los favores de transeúntes. Lo que resulta particularmente interesante de la proposición es que casi todas las que exhibían eran mujeres que han comenzado a agremiarse para lograr la fuerza comercial de la que carecen en caso de querer atacar al mercado en solitario. Sueños como tiendas para vender los productos artesanales antioqueños comienzan a gestarse en las cabezas de las miembros de esta cooperativa de nacimiento espontáneo.
Colombia está dando un paso importante, PROVOCA 2007 es apenas uno de los varios congresos de magnitud del año. El mes pasado por tercera vez la calle Granada de la ciudad de Cali fue tomada por aquellos que querían ser testigos de “Granada Festivo” y en apenas cinco días se dará el toque de diana para iniciar la quinta edición del “Congreso Nacional de Popayán”, quizás el de mayor trascendencia intelectual del país vecino. Toda ésta vorágine gastronómica 2007 seguramente tendrá un broche de oro del 14 al 18 de Noviembre con la segunda edición de “GatronoMIA 2007” en el bogotano recinto ferial de Corferias.
II
En el evento PROVOCA el orador de honor en los “conversatorios” fue el historiador venezolano José Rafael Lovera, tratado con reverencia. Entre pasillos fisgoneaba la periodista gastronómica venezolana María Luisa Ríos, editora de la revista Milsabores, traída como invitada especial. En cada uno de los tres talleres de cocina que dicté pregunté al público “¿hay algún venezolano aquí?” y nunca obtuve menos de diez manos levantadas. La unión que ni escritos ni bayonetas lograron, se está dando en la mesa alrededor un buen plato de “frijoles cargamanto” con chicharrón.III
A través de los escritos de esta columna queda evidenciado mi amor por Bogotá, quizás porque siempre me depara una esquina nueva. La próxima vez que usted vaya no deje de pasearse por la Biblioteca pública Virgilo Barco, un imponente edificio diseñado por el laureado arquitecto Rogelio Salmona. Luego pase al frente y camine por el parque Metropolitano Simón Bolívar. Colombia es la prueba de que los espacios públicos ganados, terminan por humanizar la vida de sus ciudadanos. Colombia provoca.
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