298 LA DIETA GOOGLE
La revista Fortune, especializada en economía, junto al proyecto Great Place to Work (mejor lugar de trabajo), listan desde 1998 las 100 mejores compañías en el mundo en cuanto a ambiente ideal de trabajo (http://bit.ly/pncJKZ) y calidad de vida empresarial. En el último listado, la compañía Google encabezó la lista. Uno de los elementos del paquete de beneficios que los han hecho famosos, es el cuidado que ponen a la hora de alimentar a los casi 8000 empleados que hacen vida en su sede central, el complejo Googleplex de Mountain View. Los empleados tienen para escoger entre 18 comedores con estilos de comida diferente, atendidos por 300 cocineros profesionales, que a su vez son dirigidos por 7 chefs ejecutivos de primera línea. Todos los menús se pueden consultar a través de redes intranet, y los más impresionante: totalmente gratis. Aunque el video está en inglés, en http://bit.ly/d544vl puede verse bien la calidad de las instalaciones de sus cocinas.
Recientemente Google decidió ir más allá, y emprender una cruzada para garantizar que sus empleados comieran correctamente. Lo hizo como mejor saben hacerlo: mediante una reingeniería humana basada en el estudio de lo que son nuestros hábitos y dinámicas de comportamiento. El resultado se resumió en seis medidas que comienzan a conocerse como la Dieta Google para comedores de empleados. Un ejemplo genial de cómo a veces vale la pena que nos traten como conejillos de indias que hacemos lo que desea alguien que a descifrado nuestro comportamiento.
1. En un buffet las personas tienden a llenar el plato con cualquier cosa que se topen primero. Una vez que descubrieron esto, la primea medida a tomar fue colocar de primero las ensaladas. Casi por arte de magia, el comedor comenzó a llenarse con platos que tenían un porcentaje importante de vegetales.
2. Seguimos creyendo en los códigos de colores del semáforo. Verde es bueno. Rojo es alerta. Google en lugar de colocar el nivel calórico de los platos en el menú o dejar la decisión al conocimiento previo del comensal, comenzó a colocar etiquetas verdes directamente sobre los platos menos calóricos y etiquetas rojas sobre los mas calóricos. Es de libre albedrio decidir que comer, pero el consumo de alimentos con etiqueta verde subió exponencialmente.
3. Una de las medidas más dramáticas en términos numéricos fue colocar en todas las neveras el agua a la altura de la vista, y en la parte inferior otras bebidas como gaseosas o jugos. Sólo este hecho implicó un aumento de 47% en consumo de agua y 7% en disminución diaria de calorías (del total consumido), previamente obtenidas por gaseosas.
4. Pusieron platos medianos y platos grandes para escoger. Sobre ellos un dibujo que mostraba dos platos grandes uno al lado de otro, y sobre ellos el mediano. Aunque parezca mentira, ese pequeño letrero (que pueden ver en http://bit.ly/IQt5kY) implicó que un tercio de las personas optara por el plato más pequeño.
5. No dejaron de ofrecer golosinas como hasta ese momento lo venían haciendo, pero decidieron colocarlas dentro de recipientes opacos. El solo hecho de no tenerlas a la vista con su atractiva carga de colores y azúcar, implicó una caída en la ingesta calórica de 9%.
6. Finalmente. Descubrieron que si un postre se presenta decorado y de forma independiente (por ejemplo una tacita de coctel de frutas con una hoja de menta arriba, en lugar de una fuente para servirse), las personas son renuentes a servirse una segunda ración. Casi todos los postres que se sirven en Google han sido diseñados por los pasteleros para ser consumidos en tres bocados y presentados de forma individual.
II
Lo interesante de la dieta (aunque formalmente no debería llamarse dieta, sino medidas) que implementó Google es que escapa por completo al enfoque tradicional que hasta ahora se ha venido implementando en las empresas que desean que sus empleados se alimenten más sano. Normalmente se trata de medidas que obligan conductas cambiando el menú, lo que resta calidad de vida ya que se hace eliminando el libre albedrio del comensal; o se intenta mediante talleres organizados por el departamento de recursos humanos, en donde se espera que los empleado cobren consciencia. Dos medidas que, aunque no están demás, por si solas no son efectivas en el largo plazo.
Google, por el contrario, entendió el poder tremendo de entrar en sincronía con nuestro comportamiento y expectativas. Probablemente, sin saberlo, ha cambiado la forma que tendrán en el futuro los comedores industriales.
Recientemente Google decidió ir más allá, y emprender una cruzada para garantizar que sus empleados comieran correctamente. Lo hizo como mejor saben hacerlo: mediante una reingeniería humana basada en el estudio de lo que son nuestros hábitos y dinámicas de comportamiento. El resultado se resumió en seis medidas que comienzan a conocerse como la Dieta Google para comedores de empleados. Un ejemplo genial de cómo a veces vale la pena que nos traten como conejillos de indias que hacemos lo que desea alguien que a descifrado nuestro comportamiento.
1. En un buffet las personas tienden a llenar el plato con cualquier cosa que se topen primero. Una vez que descubrieron esto, la primea medida a tomar fue colocar de primero las ensaladas. Casi por arte de magia, el comedor comenzó a llenarse con platos que tenían un porcentaje importante de vegetales.
2. Seguimos creyendo en los códigos de colores del semáforo. Verde es bueno. Rojo es alerta. Google en lugar de colocar el nivel calórico de los platos en el menú o dejar la decisión al conocimiento previo del comensal, comenzó a colocar etiquetas verdes directamente sobre los platos menos calóricos y etiquetas rojas sobre los mas calóricos. Es de libre albedrio decidir que comer, pero el consumo de alimentos con etiqueta verde subió exponencialmente.
3. Una de las medidas más dramáticas en términos numéricos fue colocar en todas las neveras el agua a la altura de la vista, y en la parte inferior otras bebidas como gaseosas o jugos. Sólo este hecho implicó un aumento de 47% en consumo de agua y 7% en disminución diaria de calorías (del total consumido), previamente obtenidas por gaseosas.
4. Pusieron platos medianos y platos grandes para escoger. Sobre ellos un dibujo que mostraba dos platos grandes uno al lado de otro, y sobre ellos el mediano. Aunque parezca mentira, ese pequeño letrero (que pueden ver en http://bit.ly/IQt5kY) implicó que un tercio de las personas optara por el plato más pequeño.
5. No dejaron de ofrecer golosinas como hasta ese momento lo venían haciendo, pero decidieron colocarlas dentro de recipientes opacos. El solo hecho de no tenerlas a la vista con su atractiva carga de colores y azúcar, implicó una caída en la ingesta calórica de 9%.
6. Finalmente. Descubrieron que si un postre se presenta decorado y de forma independiente (por ejemplo una tacita de coctel de frutas con una hoja de menta arriba, en lugar de una fuente para servirse), las personas son renuentes a servirse una segunda ración. Casi todos los postres que se sirven en Google han sido diseñados por los pasteleros para ser consumidos en tres bocados y presentados de forma individual.
II
Lo interesante de la dieta (aunque formalmente no debería llamarse dieta, sino medidas) que implementó Google es que escapa por completo al enfoque tradicional que hasta ahora se ha venido implementando en las empresas que desean que sus empleados se alimenten más sano. Normalmente se trata de medidas que obligan conductas cambiando el menú, lo que resta calidad de vida ya que se hace eliminando el libre albedrio del comensal; o se intenta mediante talleres organizados por el departamento de recursos humanos, en donde se espera que los empleado cobren consciencia. Dos medidas que, aunque no están demás, por si solas no son efectivas en el largo plazo.
Google, por el contrario, entendió el poder tremendo de entrar en sincronía con nuestro comportamiento y expectativas. Probablemente, sin saberlo, ha cambiado la forma que tendrán en el futuro los comedores industriales.
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