#250 EL TEQUEÑO PODRÍA DEJAR DE SER VENEZOLANO
Admiro profundamente a los pueblos que están dispuestos a cazar pelea, y a echar el resto para defender aquellos valores culturales que consideran fundamentales para construir su propia identidad. Son pueblos que poseen una consciencia que los une por encima de cualquier diferencia ideológica, y que entienden que el concepto de país está íntimamente ligado al de sus aromas de estofado, sus bailes de acto escolar o sus cantos populares.
En un plano particular, y casi siempre por razones económicas, la defensa de descriptores alcohólicos y gastronómicos suele llegar inclusive a dirimirse en tribunales internacionales. Pensará usted que quizás exagero, pero no lo pensaron así en su momento, polacos y rusos que pelean por decidir quien tendrá derecho a usar la palabra vodka. Chilenos y peruanos con la palabra pisco o italianos que blindaron a nivel mundial palabras como aceto balsamico tradizionale di Modena o Parmigiano Reggiano ¡Mucho prestigio, orgullo nacional y dinero está en juego detrás de esas palabras!
Un poco mas complejo es el manejo a la hora de establecer denominaciones de origen únicas cuando se trata de recetas, pero no imposible. Bastante han hecho sicilianos al normar la pizza, peruanos al convertir el ceviche en emblema y bandera nacional o nosotros mismos con el caso de la hallaca.
Finalmente, existen casos en los que, aunque no haya nomenclatura legal (o al menos, emanada de algún colegiado profesional), es tal la vehemencia de los pobladores de un país a la hora de exhibir un plato, que ningún otro cometería la tontería de apropiarse de él para promocionarse ¿O acaso concibe usted a un folleto mexicano diciendo que su taco es una lumpia latinoamericana o a un intelectual belga dando en un congreso una clase magistral sobre el verdadero origen de la hamburguesa? Cuando se trata de aquellos productos gastronómicos que nos representan culturalmente nuestra defensa debe ser cerrada, conservadora, ardorosa. Inclusive me atrevería a asomar: irracional.
A la hora de dar la pelea por los nombres que nos unifican alrededor de nuestra inmaterialidad, pecar de inocente es imperdonable porque siempre habrá quienes capitalicen, bien por agresividad comercial (los mexicanos estuvieron a punto de perder el nombre tequila), o bien, como veremos en el caso de nuestro tequeño, sin mala intención y hasta por razones valederas.
Coloque usted la palabra tequeño en un buscador virtual y podrá engolosinarse con orgullo, al leer que inclusive portales enciclopédicos prestigiosos como Wikipedia lo definien como “alimento típico venezolano”… coloque en ese mismo buscador tequeño peruano y prepárese para un carrusel de asombro. Si amigo lector, el tequeño existe en Perú y existe desde hace mucho tiempo. Es un plato totalmente distinto (aunque no el plano conceptual) y mas parecido a un crujiente dim sum, en donde se envuelve casi cualquier cosa (¡en forma cilíndrica!) con masa wantán y se fríe; pero lo que importa, más allá de la receta, es su nombre. Casi podría asegurar que con un poco de investigación probaríamos que el nombre nació en Venezuela y desde aquí migró.
No deseo asustarlos, pero si prender la luz roja de alarma. Existen voces en el Perú que plantean al tequeño (inclusive hablan de la técnica de tequeñear) como una posible nueva bandera de promoción. Viniendo de un país que ha demostrado con creces que sabe muy bien como popularizar e imponer nombres gastronómicos a nivel mundial, la posibilidad de que alguien afirme en un foro prestigioso como Madrid Fusión, que el tequeño es peruano, está a la vuelta de la esquina. Están en su derecho si nos quedamos quietos. Ya lo advirtió el periodista gastronómico venezolano Miro Popic en su columna de Diciembre 2010 titulada “Reflexiones sobre los tequeños y su origen” (ver http://bit.ly/p5E8GH) y a muchos nos pareció anecdótico, por decir lo más.
Sería simplemente inexplicable que los venezolanos, por inacción o falta de concepción estratégica, permitiéramos la pérdida del nombre. No exagero un ápice si afirmo que para nosotros, culturalmente los tequeños poseen el mismo peso e importancia que el curry para indios o el jamón de cerdo ibérico para españoles.
Los cocineros debemos saber hacerlos y sobre todo enseñar a hacerlos. En cada foro presentarlos como un elemento fundamental de nuestra cultura. Aprendernos (y aquí hablo de cada venezolano) como un mantra la historia de su origen. Servirlo a cada extranjero que nos visite. Pero sobre todo, debemos conminar a los organismos garantes de patrimonio de la nación para que se avoquen a convertirlo en una bandera más.
El tequeño es venezolano… pero nada está dado por sentado debajo de estos cielos.
En un plano particular, y casi siempre por razones económicas, la defensa de descriptores alcohólicos y gastronómicos suele llegar inclusive a dirimirse en tribunales internacionales. Pensará usted que quizás exagero, pero no lo pensaron así en su momento, polacos y rusos que pelean por decidir quien tendrá derecho a usar la palabra vodka. Chilenos y peruanos con la palabra pisco o italianos que blindaron a nivel mundial palabras como aceto balsamico tradizionale di Modena o Parmigiano Reggiano ¡Mucho prestigio, orgullo nacional y dinero está en juego detrás de esas palabras!
Un poco mas complejo es el manejo a la hora de establecer denominaciones de origen únicas cuando se trata de recetas, pero no imposible. Bastante han hecho sicilianos al normar la pizza, peruanos al convertir el ceviche en emblema y bandera nacional o nosotros mismos con el caso de la hallaca.
Finalmente, existen casos en los que, aunque no haya nomenclatura legal (o al menos, emanada de algún colegiado profesional), es tal la vehemencia de los pobladores de un país a la hora de exhibir un plato, que ningún otro cometería la tontería de apropiarse de él para promocionarse ¿O acaso concibe usted a un folleto mexicano diciendo que su taco es una lumpia latinoamericana o a un intelectual belga dando en un congreso una clase magistral sobre el verdadero origen de la hamburguesa? Cuando se trata de aquellos productos gastronómicos que nos representan culturalmente nuestra defensa debe ser cerrada, conservadora, ardorosa. Inclusive me atrevería a asomar: irracional.
A la hora de dar la pelea por los nombres que nos unifican alrededor de nuestra inmaterialidad, pecar de inocente es imperdonable porque siempre habrá quienes capitalicen, bien por agresividad comercial (los mexicanos estuvieron a punto de perder el nombre tequila), o bien, como veremos en el caso de nuestro tequeño, sin mala intención y hasta por razones valederas.
Coloque usted la palabra tequeño en un buscador virtual y podrá engolosinarse con orgullo, al leer que inclusive portales enciclopédicos prestigiosos como Wikipedia lo definien como “alimento típico venezolano”… coloque en ese mismo buscador tequeño peruano y prepárese para un carrusel de asombro. Si amigo lector, el tequeño existe en Perú y existe desde hace mucho tiempo. Es un plato totalmente distinto (aunque no el plano conceptual) y mas parecido a un crujiente dim sum, en donde se envuelve casi cualquier cosa (¡en forma cilíndrica!) con masa wantán y se fríe; pero lo que importa, más allá de la receta, es su nombre. Casi podría asegurar que con un poco de investigación probaríamos que el nombre nació en Venezuela y desde aquí migró.
No deseo asustarlos, pero si prender la luz roja de alarma. Existen voces en el Perú que plantean al tequeño (inclusive hablan de la técnica de tequeñear) como una posible nueva bandera de promoción. Viniendo de un país que ha demostrado con creces que sabe muy bien como popularizar e imponer nombres gastronómicos a nivel mundial, la posibilidad de que alguien afirme en un foro prestigioso como Madrid Fusión, que el tequeño es peruano, está a la vuelta de la esquina. Están en su derecho si nos quedamos quietos. Ya lo advirtió el periodista gastronómico venezolano Miro Popic en su columna de Diciembre 2010 titulada “Reflexiones sobre los tequeños y su origen” (ver http://bit.ly/p5E8GH) y a muchos nos pareció anecdótico, por decir lo más.
Sería simplemente inexplicable que los venezolanos, por inacción o falta de concepción estratégica, permitiéramos la pérdida del nombre. No exagero un ápice si afirmo que para nosotros, culturalmente los tequeños poseen el mismo peso e importancia que el curry para indios o el jamón de cerdo ibérico para españoles.
Los cocineros debemos saber hacerlos y sobre todo enseñar a hacerlos. En cada foro presentarlos como un elemento fundamental de nuestra cultura. Aprendernos (y aquí hablo de cada venezolano) como un mantra la historia de su origen. Servirlo a cada extranjero que nos visite. Pero sobre todo, debemos conminar a los organismos garantes de patrimonio de la nación para que se avoquen a convertirlo en una bandera más.
El tequeño es venezolano… pero nada está dado por sentado debajo de estos cielos.
Comentarios
La prueba más consistente de que el tequeño es venezolano es su propio nombre: el tequeño nació en Los Teques, capital del estado Miranda, y por eso lleva por nombre el gentilicio aplicado a los nativos de esa ciudad.
Estoy seguro de haber leído en algún lugar la historia del tequeño y por eso espero poder aportar algo a tu investigación, si es que vas a llevarla adelante. Yo lo haría si dispusiera de un espacio televisivo como el que manejas, con proyección internacional.
Finalmente, te felicito por ser un defensor de la venezolanidad en todos los espacios en los que te he visto. Te sigo por twitter y alguna vez hemos cruzado un comentario. Fuerte abrazo.
desde ya muchas gracias.
http://www.facebook.com/gastonacurio/posts/87595467551
Debemos hacer campaña para dar a conocer al mundo cual es su origen y por qué, al igual que la hallaca, la arepa y otros platos, los venezolanos nos sentimos orgullosos de ellos.
Te felicito por tu constante interés en mantener en alto nuestras tradiciones.
pero tengo entendido que el criollo viene del aprovechamiento de los sobrantes así como lo era la hallaca en sus orígenes
pero encontré que en otros paises si lo conocen como botana o pasapalo de
Venezuela
en México los hacen
http://www.supersnacks.com.mx/que-son-los-tequenos/historia-de-los-tequenos/
además hay algunos platos que son de origen colonial como los huevos quimbos o chimbos que salen en un recetario de 1600 y dele español que bajé en PDF, que se hacen desde México hasta Argentina y la receta es muy parecida, con su localismo particular, así que uno no puede decir que sean absolutamente de un sitio o el otro, lo importante es que AQUI Y AHORA tienen unas cualidades que los hacen propios y famosos
si sirve de algo...
VIVAN LAS BAEZ Y SUS TEQUEÑOS
Tengo entendido que los criollos son producto del aprovechamiento de los sobrantes, así como más antiguamente las hallacas, así que cuál es el problema.
Otra cosa, algunos platos pueden haber tenido un origen más remoto que luego cada región adaptó a su gusto, como los huevos chimbos o quimbos que se hacen desde México hasta Argentina y son de origen español de la colonia.
pero lo que encontrado es que la mayoría de los otros países ven los tequeños como venezolanos y así lo difunden en México los fabrican
http://www.supersnacks.com.mx/que-son-los-tequenos/historia-de-los-tequenos/
en Rebública Dominicana dan una receta
PARA DARLE UN TOQUE CREATIVO
Venezuela en “picaderas”
LOS FAMOSOS TEQUEÑOS SE ENCARGAN DE LLENAR DESABOR LA GASTRONOMÍA DE ESE PAÍS SURAMERICANO
Saverio Stassi Especial para LD
Santo Domingo
Cuando se habla de la gastronomía venezolana no puede dejar de mencionarse a sus sabrosos tequeños, que son, como dirían los venezolanos, unos pasapalos de forma cilíndrica. Éstos consisten en una barra de queso blando, cubierta por exquisita masa enrollada en forma de espiral. Al freírse se convierten en una masa suave y tostada, semi-crujiente, rellena con delicioso queso derretido que hace hilos.
Según la historia, los tequeños datan del siglo XIX, y se dice que fueron creados en la ciudad vecina de Los Teques, lugar donde muchas familias pasaban sus fines de semana y vacaciones. Su nombre tequeño podría ser también un homenaje familiar a una cocinera tequeña, quien se cree, los hizo por primera vez, utilizando restos de la masa empleada en la confección de pastelitos.
CÓMO PREPARAR UN TEQUEÑO
- 2 tazas de harina de trigo
- 5 cucharadas de mantequilla
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharada de azúcar
- 5 cucharadas de agua fría
- 1 libra de queso de freir
- Abundante aceite
- Papel absorbente
- 1 huevo
Preparación
Se dispone la harina en forma de corona en una mesa bien limpia y seca.
En el centro agregamos los huevos, mantequilla pomade y huevos. Luego mezclamos la sal con el azúcar y el agua, y comenzamos a amasar la mezcla agregándole muy pausadamente la mezcla de agua, sal y azucar hasta lograr una masa uniforme que no se pegue a los dedos.
Hacemos una bola y dejamos reposar en la nevera durante media hora.
Luego mezclamos la sal con el azúcar y el agua, y comenzamos a amasar la mezcla agregándole muy pausadamente la mezcla de agua, sal y azucar hasta lograr una masa uniforme que no se pegue a los dedos.
Hacemos una bola y dejamos reposar en la nevera durante media hora.
Luego, con el rodillo, formar unas planchas de masa que se cortarán en tiras no muy finas, pero largas. Cortamos el queso en el tamaño deseado (preferiblemente del tamaño y largo de un dedo).
Luego envolvemos uno por uno el queso con las tiras de masa. Es muy importante cubrirlos bien, de manera que no se salga el queso al momento de la cocción.
Cómo cocinarlo
Coloque en una sartén abundante aceite de manera que cubra gran parte de los tequeños al freírlo. Una vez el aceite esté bien caliente, coloque los tequeños uno a uno, de forma acostada.
TIPS
• Si desea puede utilizar masa de hojaldre e incluso hornearlos a 220 grados centígrados durante 6 a 8 minutos.
• El queso de freir se puede sustituir por cualquier queso de cabra, de hoja o mozarrella.
si les sirve de algo
¡Qué vivan Las Báez y sus Tequeños!!!!!
Suscribo tu preocupación por la posible pérdida de la autoría de nuestro "Tequeño" y en consecuencia de su "denomicón de origen". Tanto así que me dispuse entrar a Wikipedia y edité el artículo del Tequeño. Tuve la osadía de modificar y agregar elementos propios del tequeño que nos ha otorgado la tradición oral. Algunos de los cambio más resaltantes son: 1)Origen y fecha. 2)Ingredientes de la masa. 3) Modo de elaboración. 3) El más importante: El tequeño Peruano dista del tequeño tradicional.
Te invito a consultar rápidamente a wikipedia para que aprecies dichos cambios antes de la posiblidad de que sean nuevamente modificados. Recuerda que la política de wikipedia es libre y dinámica. He aquí el link: http://es.wikipedia.org/wiki/Teque%C3%B1o
Nosotros los Venezolanos tenemos que defender con efectividad y entereza todos nuestros acervos culturales y específicamente en este caso, los gastronómicos.
Saludos cordiales.
Gabriel Liberatoscioli.