RESCATÁNDONOS
Ocasionalmente dos males invaden las cocinas y los escritorios de quienes vienen trabajando de manera conceptual el hecho gastronómico en tiempos modernos en que se comenzó a documentar más allá de las recetas mismas. Son dos males que reflejan ambas caras de una moneda que exuda arrogancia. ¿Yo cocino venezolano, y tú? Definir de manera inequívoca lo que es cocina venezolana es tarea en extremo difícil y obviamente la escurridiza respuesta, como toda discusión sociológica, termina por ser un compendio teórico estructurado con múltiples vertientes de interpretación. Siempre habrá quienes de manera conservadora arguyan que ésta se sustenta únicamente en el recetario transmitido como acervo gracias a platos emblemáticos como la hallaca; habrá quienes digan que es una posición obcecada porqué con su celo deja por fueras nuevas adquisiciones como la nueva y popular arepa llanerita o el pollo a la brasa; habrá quienes desde una posición más urbana saquen la carta de los pepitos o el perro c...