381 YO, EL SUBVERSIVO
Convencer a una persona hermosa de que no sirve para nada, toma golpes pero es posible. Esposas minimizadas a fuerza de decirles “yo me encargo, tú de eso no sabes”, niños humillados por la risa de un padre que en público dice “estas cosas que tiene este muchacho”, empleados que perdieron la llama de la pasión a fuerza de jefes que nunca voltearon a escucharlos. Golpe a golpe, poco a poco, perforando con sadismo los sueños, hasta lograr que una mujer se convenza que es fea y bruta, que un niño se convenza que la espontaneidad que la providencia le regaló es un peso, que un empleado sienta que su espacio en la vida es ser empleado para siempre. Golpe a golpe hasta que terminemos por creer que genéticamente somos un defecto.
Convencer a una persona de su potencial, toma versos pero es posible. Esposas a las que les has hecho entender que son tus socias y que jamás tomarías una decisión si no es concertada y discutida, niños que bailan pésimo pero igual los acompañas a las clases de ballet para que entiendan que es válido probar cualquier decisión, empleados a los que empujas a contribuir con sus ideas. Verso a verso, poco a poco, rasgando con suavidad sus miedos para alumbrar sus virtudes, hasta lograr que una mujer sea una igual, que un niño sea el hombre del mañana que logró descubrir cual era su talento, que un empleado sea empleador. Verso a verso hasta que nos convenzamos que somos gente hermosa. Que nadie nace malo.
A todo el mundo se le caen las cosas. Todo el mundo quiebra algo en algún momento. Recálcale a una persona todos los días que es torpe, y cuando se le caigan las cosas pensará que era inevitable. Dile que lo que hace tiene valía, y cuando se le caigan las cosas querrá repararlas. Esa es la diferencia crucial entre golpe y verso.
Las comunidades, los países, son muy parecidos a las mujeres golpeadas desde la palabra y desde el puño, cuyos maridos las han convertido en una nada con moretones en el alma que se ven feas en el espejo, y que hace rato dejaron de intentar hacer cosas porque las convencieron que todo lo que hacen está mal. Dile a una comunidad que su cultura es basura, y golpe a golpe dejará de cantar. No aplaudas a una comunidad cuando quiere danzar y con el tiempo no le quedarán ganas de celebrar. No apoyes organizando, si estaba en tus manos, un concurso de pintura en tu comunidad; y con el tiempo ni la fachada de las casas estarán pintadas. Dile a un país que no tiene capacidad para ser gentil, y tarde o temprano terminará por pensar que es algo genético. Golpe a golpe. Indiferencia a indiferencia. Prioridad a prioridad, hasta que, parafraseando a Horacio Guarany en voz de tantos, calle la luna porque han callado los cantores.
Dile a un país cada minuto, cada tuit, cada conversación, que nada sirve y terminarás por convencerlo, hasta que derrotado se vea en el espejo con su morados y en vez de acusar a quien lo golpeó, afirme que no servimos.
Porque estoy cansado de que me digan que el país o yo o mi comunidad o mis vecinos, no servimos para nada es que juego cada instante el juego de trabajar con la comunidad, a la que pertenezco, de la que soy parte, para que juntos mostremos con orgullo lo que somos como cultura. Es mi forma de subversión. Es la que encontré.
Soy subversivo porque ayudo a organizar festivales y concursos de recetas populares para que la gente sepa que es garante de un tesoro que todos respetamos. Soy subversivo con mis fotos en Instagram de las miles de caras de artesanos populares que hacen cosas en el país, porque es mi manera de mostrar lo lejos que estamos de una derrota. Soy subversivo documentando todo lo que pueda porque es la palabra escrita la que garantizará continuidad. Soy subversivo desde mi chauvinismo desmesurado porque ha sido la manera de entender que no soy espectador sino socio.
Venezuela es un país realmente hermoso. Nadie plantea voltear la mirada frívolamente cuando es obvio que las cosas van mal, que es imperdonable que unos pocos desde las armas, la corrupción y el uniforme nos hayan llevado al borde de lo invivible; pero no será golpe a golpe que podremos resolverlo, porque nadie que se siente menos, feo, derrotado, puede levantar su voz de oprimido.
¡Verso a verso! ¡Canto a canto! ¡Baile a baile! ¡Pincelada a pincelada! ¡Fogón a fogón! Hasta que nos veamos al espejo bonitos como somos y sepamos que merecemos algo mejor. Acompañando con aplausos a quien cree y crea un mundo posible.
Comentarios
Leer lo que ha escrito después de nuestra conversación en tu restaurant en Pampatar. sin duda, recojes lo que muchos y muchas pensamos y hacemos..aun desde las diferencias políticas. Como tu me considero subversiva, porque creo firmente en los Poderes Creadores del Pueblo, como decía, Aquiles Nazoa, Creo firmente en el intercambio de saberes y creo firmente que este es un pueblo hermoso, gentil, trabajador. Creo firmente en la capacidad de organización que tenemos desde nuestras comunidades para juntos y juntas construir una Venezuela posible y con ello contribuir a Otro Mundo es Posible. Gracias por compartir esto con nosotros y nosotras. No sólo me quede con el placer de comer la rica comida preparada en lo que tu llamas "tu taguarita", sino afirmar el extraordinario ser humano que eres y la apuesta que has hecho por tu país. Recibe toda mi admiración, y mi cariño.
PD: Tengo por alli algunos materiales para el trabajo con las comunidades, que si tengo algún correo podría compartir.
Me uno a aquellos que todavía ven belleza en estas tierras, me uno a los que desean luchar haciendo lo que mejor hacemos; Creer en nosotros mismos.
Muchas veces he pensado que para que alguien no aprecie lo que tiene, lo único que hay que hacer es hacerle creer que lo que tiene no vale nada.
Creo que en nuestro país todos tenemos algo que ver con lo que nos pasa. Deitrich Bonhoeffer dijo que no hablar es hablar y que no actuar es actuar. Creo que muy pocos de nosotros puede escapar de eso.
En su articulo usted escribe que es imperdonable que unos pocos desde las armas, la corrupción y el uniforme nos hayan llevado al borde de lo invivible. Adémas de los desde las armas, la corrupción y el uniforme añadiria a los acomodados de antes que con sus acciones antes y ahora demuestran un desden y un desprecio hacia los que han tenido menos oportunidades.