278 EL ESTADO SOMOS NOSOTROS

Me preocupa Margarita. Mucho. Mil kilómetros cuadrados no son tantos y llenarlos de basura no toma tiempo. Piense en las toneladas de plástico de uso a corto plazo que entran diariamente por frascos, envolturas, bolsas, recipientes desechables; y piense que ni un solo gramo de ellos está saliendo del espacio mas cerrado que puede haber: Una isla. Honestamente no se cual es el procedimiento ambiental correcto para el tratamiento de deshechos plásticos en islas, solo se que el problema empeora notablemente si ese plástico es lanzado a diestra y siniestra. Si nos da igual en donde termina.

Hay casos evidentes de alto impacto, como por ejemplo, la irresponsabilidad de muchos importadores en el manejo de las envolturas o los basurales de botellas vacías de aceite de motor (¡y de aceite usado!) en que han convertido los pescadores artesanales sus propias zonas pesqueras. Para el tratamiento de estos temas mayores existen leyes, pero de no aplicarse (como es el caso) solo logran ampliar el problema.

Pero, intuyo igualmente que el problema mas grave somos nosotros. Los de a pié. Los que siempre le echamos la culpa a otros. Los que cometemos delitos “menores”. Los que sacamos la basura en bolsas negras y la ponemos frente a la casa a sabiendas que los perros de la calle las destrozarán y pase lo que pase nos escudaremos diciendo que no tenemos dinero para comprar un pipote o trasvasaremos la responsabilidad a un aseo que pasó a destiempo. Los que lanzamos basura por la ventana de un carro o los que no nos atrevemos a reclamar si lo vemos. Los que no recogemos la botella de plástico que otro dejó en su sitio en la playa…

Recientemente murió James Q. Wilson, quien acuñó la famosa “Teoría de las ventanas rotas” (http://bit.ly/wMQ03a) en la que se establece que mientras una sociedad no regula los actos punibles menores (un graffiti o un equipo de sonido a alto volumen), la sensación de desorden y vulnerabilidad colectiva la lleva a una espiral ascendente de delitos. Con la contaminación no es diferente. Permitamos el pequeño basurero en la acera de nuestras casas, y habremos abonado el terreno para un serio problema ambiental que, en el caso de una isla, puede llegar a tener consecuencias a largo plazo realmente terribles.

Es hora de comenzar a recomponer los vidrios rotos.

II

Lograr que de manera colectiva se genere consciencia hacia los deberes que tenemos como ciudadanos, no necesariamente debe pasar por un entrenamiento punitivo basado en multas y castigos. Muy bien lo demostraron los bogotanos cuando tomaron la decisión de agarrar al toro del tráfico por los cuernos y empezaron justamente atacando aquellos delitos que el conductor considera menor, y que al no ser castigados generan, como vimos al inicio de este artículo, un profundo desasosiego y desorden al convencernos de que no hay ley. Comenzaron nuestros vecinos con algo tan simple como evitar que los carros se pararan sobre el rallado peatonal en las intersecciones; y para ello simplemente emplearon mimos que le indicaban jocosamente al conductor su delito. A la vuelta de meses ya no había conductor que usurpara territorio peatonal. Se había logrado sin heridos.

En el caso que nos concierne, la contaminación que nosotros mismos generamos, no tiene porque ser distinto. Imagine por ejemplo, que nos llega una factura de servicios con una pequeña foto que muestra la basura regada en la calle frente a nuestra puerta, y una nota que indica una multa de 8.000 BsF. En una línea más abajo dice “descuento por primer aviso, 8.000 BsF”. De esa manera no pagaríamos nada, pero quedaría bastante claro que, de no tomar nosotros cartas en el asunto, el golpe para el bolsillo sería tremendo.

En el caso de la playa con islas de basura que ya describimos, imagino muchachos uniformados contratados por las alcaldías que sin discutir ni juzgar, limpien lo dejado por un grupo en lo que noten que levantan campamento y a la vista de todos. Dudo que si usted ve algo así, se atreva a dejar su propia basura.

Finalmente, con respecto a aquellas personas que lanzan basura desde los carros, ya con Renny Otolina o la famosa campaña televisiva de Rumildo, tuvimos casos exitosos de llamados a la conciencia, que pueden acompañarse con el tiempo con una solución ya probada en otros países, como es generar una multa importante y darle al funcionario que la aplica una comisión para incentivarlo a vigilar.

Es muy fácil escudarse en el argumento de que se trata de un problema que debe resolver el Estado, como si el Estado fuese un ente supra ciudadano que no nos pertenece. No, el Estado somos nosotros, y solo nosotros podemos hacer que no colapse.

Comentarios

Mariela Montero Tuero ha dicho que…
Excelente artículo Sumito. Realmente no hay conciencia ni individual ni colectiva. Somos indiferentes a los problemas de nuestro país incluso de las consecuencias que acarrean a nuestro planeta y a las generaciones futuras. Definitivamente tenemos que pensar en nuestros propios actos y cuestionarnos lo que hacemos y no hacemos, y sobretodo, los efectos que estos traerían antes de echarle la culpa a otros por lo que nosotros mismos estamos dañando.
Gracias por compartirlo.
marylu57 ha dicho que…
Excelente ésta entrada, te felicito Sumito, no me conoces pero soy tu seguidora y tengo una campaña de "Cultura ciudadana" en mi Face y casualidad que hoy he comentado sobre el mismo tema. Es preocupante como siempre culpamos a otros por lo que nosotros no somos capaces de hacer. Necesitamos de castigos y multas para hacer las cosas que para nosotros mismos se traducirán en bienestar ciudadano. Con tu permiso Sumito, quiero citar textualmente un párrafo de tu entrada con tu firma, por supuesto, en mi face, ya que considero que mejor no se puede decir y porque se que muchos de mis amigos te aprecian y respetan. Saludos y besos
Dario Leon ha dicho que…
Sumito, Paisano (aunque no estoy seguro, creo que eres de Merida), me tomo la libertad de tutiarte, la basura me parece que es un tema interesante de abordar, veo por un lado la piramide de Maslow en el aasunto (un tema filosofico largo de discutir), pero aunque mi industria no es la basura, estoy claro de que es un negocio de que si se aprovecha puede ser muy lucrativo:
1.- Alguien puede montarse un negocio de reciclaje, pero no el complicado que todos se imaginan, suponte que con 8 botellas de refresco te organizas unos pinos para bowling y lo vendes en que se yo 40BsF, invertiste 15BsF pintando y maquillando y el resto es ganancia, otro ejemplo, te organizas recopilar los los super resistentes envases de jugos de plastico aluminio (las marcas que todos conocen), tomas 8, los abres los limpias y te fabricas una carteras, las coses con pabilo, te gastas 15BsF y vendes una cartera super original en nose 100BsF.
2.- ¿Que pasaria si te reunes un grupete de plastico, de papel periodico, de vidrio y alguien te lo paga, si te dan algo de plata, para que te sirva para comprarte un cafe, pagar el tanque de gasolina o si llevas mucho te pague algo un poquito mas grande?, si hay dolientes de eso y se usa radio bemba, eso tendria mucho sentido.
3.- Campañas de concientizacion, de negocios innovadores, educar desde los mas chiquitos, con proyectos de robotica para que los robots sean los que recopilen y barran las calles o las playas y hasta los mas grandes hablandoles de que pueden ganar por lo que reunan? (yo doy clase en la UCAB, mi experticia es en computacion, pero no el area de robotica, pero un tesista para esto se puede sacar facilmente).


Alli les dejo ese trompo en la uña.

Saludos cordiales (acentos omitidos intencionalmente).

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