401 GEDANKENEXPERIMENT


En el año 1812 se utilizó por primera vez el término gedankenexperiment para denotar aquellos experimento conducidos en los pensamientos. Tanto la Filosofía como esa otra rama de ella que es la Física, adoran plantear experimentos mentales como recurso académico. Probablemente el experimento mental físico mas famoso que hay es el que planteó el físico austriaco Erwin Schrödinger para poder explicar como afecta un observador las leyes físicas de la mecánica cuántica. Son experimentos que se plantean sin intención (muchas veces, sin posibilidad inclusive) de llevarlos a cabo físicamente, pero cuya concatenación lógica de eventos permite obtener conclusiones que prueban teoremas.
A veces veo lo que pasa en el país y siento que somos una especie de gedankenexperiment perverso de algún burócrata fastidiado. Lo terrible es que después de inventarse el escenario, estos sí tienen el poder para convertirlo en algo tangible.
Hagamos pues un experimento imaginario.
Imaginemos, hipotéticamente claro está, que el gobierno decide expropiar las fábricas de alimentos para animales. Lo hace alegando seguridad y soberanía alimentaria, por tratarse el alimento la materia prima sensible y fundamental en el proceso de independencia agroalimentaria.
Imaginemos, insisto, hipotéticamente, que los nuevos gerentes de las compañías expropiadas deciden subsidiar el precio por kilogramo del alimento para animales, para que el bajo precio garantice que el producto final sea asequible a la mayor parte de la población.. Para no complicar demasiado nuestro gedankenexperiment, limitémonos al alimento para vacas. El recurso del subsidio es ampliamente usado por todas las naciones. Indudablemente es una de las formas mas democráticas de reparto de la riqueza.
Imaginemos que los nuevos gerentes de la compañía expropiada tienen que aprender como se maneja el negocio de producción de alimento para vacas. No es tan fácil como prender una máquina que hace alimentos o preguntarle a los trabajadores - ¿Mira chico, cómo es que se hace esto? Implica rearmar acuerdos crediticios para importación de materia prima, (si, para hacer materia prima hay que importar otra matera prima)  restablecer sistemas de distribución y cobranza. En fin, aspectos gerenciales que toma sus buenos años lograr. Mientras tanto, imaginemos, la producción de la nueva comida barata para vacas cae estrepitosamente. 
Ahora nuestro experimento imaginario nos ha llevado a un escenario en el que hay muchas vacas hambrientas y poca comida. Corremos el nuevo escenario en nuestros programas de modelo social, y luego de quince segundos la computadora arroja el resultado. Contrabando y mercado negro, dice la pantalla. Obviamente el mercado negro solo lo puede armar quien distribuye.
Imaginemos, hipotéticamente claro está, que el productor, ese que siempre ha estado literalmente sembrado en estas tierras, no quiere ver morir de hambre sus vacas, ni quedarse sin modo de vida. Nuestro experimento, ¡miren que interesante!, acaba de crear tres nuevos tipos de ganaderos: A) Los que consiguen el alimento a precio subsidiado. B) Los que deben comprar el alimento en el mercado negro. C) Los que se quedan sin vacas porque no son amigos de nadie, ni tienen dinero para ir al mercado negro. Un tiempo después, debido a que el éxito de las relaciones financieras es directamente proporcional a la rentabilidad, también desaparece A y sólo queda B.
Volvamos al burócrata que ideó este Gedankenexperiment, uno que por supuesto jamás ha llenado de estiércol sus zapatos recorriendo el campo. En su oficina saca cuentas. La más importante es decidir cuanto cuesta producir un litro de leche. Suma. Suma nómina, metros cuadrados, veterinario, impuestos… alimento para vacas ¡Y listo! Ya sabe cuanto vale producir un litro de leche. Digo vale porque lo que no sabe es cuanto cuesta lograrlo. A su cuenta le suma 30% de ganancia para el productor, no vaya a ser que se nos muera de hambre.
Hay un problema en esta parte de nuestro gedankenexperiment. El precio de kilo de alimento para vacas (principal elemento de costo de la fórmula) que se toma es el subsidiado. Una pequeña paradoja en nuestra fórmula. – Pero señor, el precio real de ese alimento es el del mercado negro, porque es el único que se consigue. Se atreve a decir un técnico menor, de eso que no saben nada de gedankenexperiments.
La paradoja se resuelve fácil ¿Quién manda al productor a incentivar el delito comprando en ese mercado tan poco matemático que es el negro? ¡Lista la solución! El delito es del comprador y no del vendedor. Se queda en nuestra fórmula el precio subsidiado del alimento para vacas y se fija, en función de él, el precio máximo de venta por litro de leche. Llamemos a ese precio omega (Ω).
Resulta que Ω es menos de lo que en verdad es el valor de producción de un litro de leche de vaca (recordemos, por aquello del precio real del alimento que el técnico que no sabe nada notó), así que nos encontramos con un escenario inesperado en nuestro gedankenexperiment: Productores que de vender la leche por arriba de Ω van presos, y si la venden a Ω se mueren de hambre, y al ratito se le morirán de hambre las vacas también.
Que hacer. Que hacer. Que hacer. Piensan y piensan nuestros alumnos ante este interesante gedankenexperiment que les ha planteado su profesor.
¡Ya se! Levanta la mano uno de los más brillantes. ¡Que los productores de leche hagan tortas o dulce de leche y ese lo vendan al precio que si les permita mantener operativa la producción!
Brillante su solución joven, dice el profesor, el único problema es que ya no habrá leche para vender, y se supone que nuestro gedankenexperiment se planteó para que hubiese leche para todos.
Piensan.
No hay nada que hacer. Esta es la solución que da el experimento mental. Así es la ciencia, no siempre da el resultado esperado pero siempre arroja el lógico

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