347 (1 de 168)
Cuando se trata de preguntas para levantar estadísticas no
hay una que sobre. De eso saben quienes llevan el negocio del beisbol
profesional. Conclusiones tan aparentemente ridículas como que un jugador es
más efectivo bateando contra lanzadores zurdos, si lo hace jugando de noche
fuera de casa (en serio eso se mide), terminan por hacer que una franquicia
deportiva sea infinitamente más eficiente a la hora de definir estrategias
futuras. Es igual para cualquier empresa y es igual para el país. No es posible
establecer políticas focalizadas y exitosas, si no entendemos los números del
pasado. De allí que, por ejemplo, sea fundamental que se hagan (y contesten)
todas las preguntas posibles y probables en un censo de población. En pocas
palabras, lo que no se mide no se puede controlar, y lo que no se controla no
se puede mejorar.
En lo que me atañe profesionalmente, las estadísticas que más
añoro tener son aquellas relacionadas con aspectos nutricionales y
especificidades gastronómicas del sector turístico. Es decir las que deben
emanar desde los ministerios del poder popular para la alimentación y de
turismo. De hecho, la Ley Orgánica de Turismo, específicamente en el artículo
25, acota que es su deber “Elaborar y mantener actualizadas las estadísticas de
la oferta y la demanda turística en el territorio, con la cooperación de las
autoridades municipales y del sector privado…” y en al artículo 9 promete:
“Diseñar y mantener actualizado, de acuerdo a las pautas que al efecto
establezca la autoridad competente, centros de datos estadales para recuperar,
registrar, organizar, conservar y suministrar informaciones a organismos del
sector público y a los particulares”. Es decir, es ley en este país medir y
compartir esa información.
La estadísticas se están levantado, lo que si es aun tarea
pendiente es compartirlas de manera cómoda. De la página del Instituto Nacional
de Nutrición (http://www.inn.gob.ve) algo
se puede bajar. Por ejemplo un documento sobre los factores condicionantes del
sobrepeso en Venezuela, o el perfil nutricional del país para el 2011. En el
caso de la página web de Corpotur de la isla de Margarita (http://www.corpoturmargarita.gob.ve)
existe una sección de estadísticas en donde no aparece ruta de descarga de
información, pero si un correo de contacto (estadisticas@corpoturmargarita.gob.ve)
desde donde me enviaron un completo documento de casi 87 páginas.
Lo importante de tener estadísticas de casi cualquier cosa,
es que cada investigador las puede cruzar y llegar a conclusiones específicas.
Por ejemplo en el documento de Corpotur dice (el cruce de data es mío) que en
Semana Santa de este año 59% de los visitantes fue soltero, 55% eran mujeres,
40% llegaron a viviendas familiares o de amigos y 30% eran estudiantes. Podrían
parecer datos inconexos, pero permiten inferir que a las mujeres solteras la
Isla les parece un destino seguro (¡gran dato!) y hasta da para pensar en un
negocio de comida para llevar, que le resuelva las cenas a solteros no alojados
en hoteles.
Ese mismo documento nos dice que de 40 playas listadas, 3
recibieron a 50% del turismo. Dice que apenas 13% afirmo visitar lugares pintorescos, pero de ellos 80% solo fue
a los tres fortines y a la basílica de nuestra Señora del Valle; lo que da para
soñar con políticas de gestión cultural que movilicen a los turistas en una
Isla a la que, según el mismo documento, sólo 6% viene por compras y 80% por
recreación.
Miles de preguntas surgen ¿Por qué los llaneros solo
representan el 0,4% de los visitantes ¿Por qué apenas 0,1% visitó Macanao? ¿Si
50% se trasladó exclusivamente en taxi, no vale la pena entrenar a los choferes
para que sean factores de promoción? ¿Por qué si la política crediticia social
apunta hacia posadas familiares, apenas 9% se alojó en ellas? ¿Cómo lograr
aumentar de 8% la presencia de personas con edad entre 45 y 55 años, sabiendo
que es el grupo etario que más gasta?
De todas, la estadística que más me impresionó tiene que ver
con mi rubro. El de los restaurantes. Se entrevistaron a 168 restaurantes de la
Isla de Margarita y uno, léase bien, uno; afirmó que su cocina es Margariteña.
Para llorar, salvo que veamos que 101 afirman ser restaurantes de Pescados y
Mariscos, y 22 de Cocina Criolla. Estoy casi seguro que el grueso de esos 123
restaurantes poseen una oferta íntimamente ligada a la isla, bien sea desde recetario,
como desde producto; solo que no saben que lo que hacen se llama Cocina
Margariteña. Me pregunto ¿Qué contestarían restaurantes de autor en Caracas que
cocinan con clara concepción de país (Amapola, El Comedor, Alto, etc.) ante la
pregunta? ¿Dirán “yo cocino venezolano”?.
Tenemos una falla si los restaurantes no sienten que están
cocinando margariteño (o venezolano, según el caso), pero gracias a esta lista
tenemos también una gran oportunidad para convencerlos de que si lo hacen.
Comentarios