GENTE


Hay gente que se parece a mi y gente que no. Hay gente que imito por admiración y gente que admiro porque ama y con su ejemplo construye un mundo mejor. 

Gente. 

Para todos ellos, la gente, espero lo mismo que para mi: que me dejen amar, que me dejen ser amado, casa, trabajo, vacaciones, salud, salir a caminar sin miedo, equidad ante la ley, estudiar sin que me hagan bulliying ni cuando salgo a un parque con Sylvia. No pido nada del otro mundo para mí, ni para los demás. 

Hablo de gente como usted que lee o como yo que escribo. Gente normal, cotidiana. Nadie especial. Nosotros, los normales.

No hablo de negros, ni blancos. No hablo de gordos, ni flacos, ni con mi pasaporte, ni con otro pasaporte. No hablo de lumbreras científicas ni de personas cognitivamente distintas. No hablo de quien hace el amor con alguien de su mismo sexo ni de mi que lo hago con Sylvia (por cierto: como nos gusta hacer el amor a Sylvia o a mi no creo que le interese a nadie, salvo a nosotros que nos amamos). No hablo de quien quiere tener hijos, ni de quien no quiere tener hijos. No hablo de quien nació sordomudo ni de mi que hablo hasta por los codos. No hablo del que usa pantalones o faldas o sotana. Hablo de gente.

Si me pusiera a decidir que alguien es bueno por bonito o inteligente o por su pasaporte... pues el que no sería gente soy yo.

He conocido gente mala. Obvio. He conocido negros malos, blancos malos, gays malos, niños malos, viejitos malos, extranjeros malos, científicos inteligentísimos malos. Gente mala, pues.

Pero como no soy loco ni masoquista trato de reunirme con la gente que ama y se deja amar y, de paso, contribuye al bien común. 

Gente pues. Como yo. Como usted.

Comentarios

Débora ha dicho que…
Yo también! Gente como uno, que trata de ser justa, decente, cuidar de nuestro planeta y nuestras familias.

Entradas populares de este blog

¿Y TÚ MIGRASTE PARA TERMINAR LAVANDO POCETAS?

LAS MADRES DE LA DIÁSPORA VENEZOLANA TIENEN UN PASADO

DE LO RAZONABLE: ¿ES NEGOCIO UNA AREPERA?