#238 ¿Me recordarás?
La ansiedad mayor de un cocinero viene dada por la certeza de su poca importancia. Los oficiantes nacimos para establecer un matrimonio con el reino de lo efímero, penando por el mundo en un intento permanente de reconciliarnos con el olvido. La primera aproximación que ambiciona todo profesional hacia las mieles de lo trascendente viene dada por las ganas de idear un plato que pase a la historia y esa primera fantasía se nos cae una vez que descubrimos que todo plato con nombre y apellido es una anécdota, así como todo plato que aguante el tiempo cambia de dueño y pasa a pertenecer a la cultura popular, desde los bastiones del anonimato con que se bautiza el acervo. Posteriormente cambiamos de norte y nos lanzamos en pos del reconocimiento y ¡Pocas cosas más efímeras que los premios que nos dan a los cocineros! Pertenezco a una generación que ha reverenciado al Chef Paul Bocuse por haber sentado las bases del movimiento moderno de la Alta Cocina y se ha postrado ante Jöel Robuchon, el...