Cada vez mas orgulloso

Mis alumn@s de Nivel II comenzaron a prende motores para sus exámenes finales. La carta que les paso la mandó hoy una de mis alumnas (Marcela Reyes) a sus compañeros de clases y simplemente hace que cada vez me sienta más orgulloso de est@s muchach@s.


Quiero compartir con ustedes porque Nepal en mi examen final de cocina. Es posiblemente la misma idea que mueve a Minou, pero no me atrevo a hablar por ella. Sin embargo, creo firmemente que en la vida hacemos las cosas y encontramos las personas que de alguna manera marcan nuestro destino. Nada es casualidad, dice Ceratti.

Nepal marco un antes y un despues en mi manera de tomar la vida. En sus montanias, descubri no solo el paisaje imponente que significan, sino todo lo que hay detras de ellas. La naturaleza que nos lo da todo, pero no juega. Exige respeto. Exige dedicacion absoluta, entrega sin limites, riesgo. Igual que una cocina. Sus sherpas, seres maravillosos, cuya inocencia sobrepasa los limites de lo humano y racional, me enseniaron varias cosas: la meditacion como ayuda espiritual, la fe como motivo de vida y lo mas importante: que la gastronomia no era exclusiva de los grandes cocineros. Era mas bien, de los pequenios cocineros. De aquellos que dia a dia, casi sin agua y sin tecnologia, nos regalaban lo mejor de si. Sus platos maravillosos, mezcla de las tres religiones con las que conviven armoniosamente para darnos un ejemplo claro de como debemos tomarnos la vida los complicados occidentales (sin disputas, sirvie! ndo a un mismo objetivo... el despertarnos mejores en el otro mundo), mas o menos lo mismo que hacian nuestras abuelas. Por eso, nuestra cocina no sera la cocina de la sed creativa que nos embriaga en este siglo. No tendra las sutilezas que nos aporta la modernidad en que vivimos, solo tendra en lo que creemos firmemente y en lo que esperamos poder transmitirles a nuestros companieros de grupo: la entrega absoluta por lo que hacemos. El sentirnos convencidas de que hemos puesto nuestro mejor esfuerzo, que hemos dado lo mejor de nosotras para regalarselos a ustedes y al resto del equipo que nos acompanie esa noche. El carinio que ponemos en nuestra sazon, indudablemente que influye en los demas y eso esperamos, contagiarles nuestro entusiasmo en nuestro menu. Contamos con ustedes. Creo que nuestra cocina debe llamarse: la cocina de los "pequenios maestros", los que hacemos el dia a dia.

Espero poder, igualmente, trabajar con el mas absoluto respeto por sus equipos. Con la misma dedicacion y el mismo esmero. Hasta entonces.

Carinios,
Marce

pd. Que conste que ser hippie no tiene nada que ver con esto.