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Mostrando entradas de diciembre, 2008

¡MACANAO!

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Macanao es el lugar de Venezuela que amo sin discusión. Lo conocí hace veinte años y desde entonces mantengo la promesa incumplida de que aquí viviré. Para quienes no conocen mi país: se trata de un lugar tan impresionante, que las fotos que anexo (pulsando sobre cada una se pueden ver en grande) fueron tomadas con la peor de las cámaras.

RITO (10 AÑOS DESPUÉS)

Mis niños queridos: Aquí estoy de nuevo frente a esta mar (¡niña ella, como debe ser!), igual que aquel Diciembre del 2008. El clima está bastante parecido y confieso que desde entonces, este olor a de guiso de hallaca que flota mezclado con algas, sólo logra aumentar la nostalgia hacia ustedes. Hicimos hallacas siempre, cada año, pero son aquellas del 2008 las que terminaron por marcarnos. Tatuados quedamos. Nos estábamos volviendo grandes y no lo sabíamos. ¿Recuerdan como bajaba solo, muy temprano en la mañana, y me ponía a hacer el guiso? ¡Debe haber sido el guiso más largo de hacer, con aquella manía mía de entonces, de grabar con la filmadora el paso a paso de mi receta! (¿Alguno de ustedes guardará ese DVD? ¡Me encantaría verlo!). Los dos primeros días hice el caldo de gallina, precociné el cochino, saqué la grasa de tocino e hice el guiso completo. El onoto se había acabado en la bodega del pueblo y fue poco lo que conseguí. Este año, mis niños, estoy seguro que la masa me va a

VENEZUELA: COMIDA EXÓTICA

En la literatura gastronómica es bastante común ver el término “comida exótica”, referido generalmente a todos aquellos platos que teóricamente no debe conocer bien el lector; bien sea porque se trata de preparaciones que hacen uso de ingredientes poco comunes o porque se trata de platos de una cultura alejada a la nuestra. El caso más obvio es el de la cocina asiática, con su caudal infinito de nombres altisonantes que costosamente podemos pronunciar. Irónicamente, en donde más se ha popularizado el término es con el muy vasto índice de frutas tropicales. Frutas que evidentemente poseen una carga fascinante de exotismo para los europeos, haciendo que por inercia a los latinoamericanos nos haya dado por llamar exótica a nuestra omnipresente parchita cuando la presentamos en los bufets de los desayunos de Hotel. Indudablemente la línea cultural que une a dos pueblos desde el plano de lo exótico posee doble lectura: así como para un Francés tiene que ser extremadamente exótico un suspi

CARTA A HUIDOBRO

Gonzalo Rojas (Antártida, 1993) 1. Poca confianza en el XXI, en todo caso algo pasará. Morirán otra vez los hombres, nacerá alguno del que nadie sabe, otra física en materia de soltura hará más próxima la imantación de la Tierra de suerte que el ojo ganará en prodigio y el viaje mismo será vuelo mental, no habrá estaciones, con sólo abrir la llave del verano por ejemplo nos bañaremos en el sol, las muchachas perdurarán bellísimas esos nueve meses por obra y gracia de las galaxias y otros nueve por añadidura después del parto merced al crecimiento de los alerces de antes del Mundo, así las mareas estremecidas bailarán airosas otro plazo, otro ritmo sanguíneo más fresco, lo que por contradanza hará que el hombre entre en su humus de una vez y sea más humilde, más terrestre. 2. Ah, y otra cosa, sin vaticinio, poco a poco envejecerán las máquinas de la Realidad, no habrá drogas ni películas míseras ni periódic
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ME HABRÉ GRADUADO

Soy cocinero. Lo se porque no se hacer otra cosa. Para decirlo con la perspectiva correcta, quizás sería más justo decir que no he sabido hacer otra cosa. Con cuchillos que tienen historias y pasados, he llevado a casa eso que llamamos quince y último. Cuando la gente me ve en la calle me dice cosas como –¡Hola cocinero!– Que es la misma palabra que escribo en la planilla de inmigración cuando me preguntan por mi profesión. Si los demás lo sienten y yo lo siento, debe ser verdad. Entonces soy cocinero. Nunca estudié para ser cocinero. Cuando la gente me ve en la calle me dices cosas como –¡Hola autodidacta! – Que es la misma palabra que uso a veces yo. Me imagino que soy entonces un autodidacta. Bueno, digamos un autodidacta cocinero. Aunque he de confesar que a ratos esa palabra me parece injusta. Con su carga parece afirmar que aprendí solito encerrado en una cocina y eso no es así. Están Franz, Pierre, Wolfang, Jean, Edgar y Héctor. Ellos me enseñaron. Ninguno de ellos estudió ¡Mir

Menú de mañana en mi Comedor (COCINA DE CARRETERA)

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Una más de Biscuter

En muchas ocasione he expresado mi admiración por el Blog DUELOS Y QUEBRANTOS En su último Post (Diciembre 01, 2008: La Universidad Y La Cocina) , vale la pena leer en él el comentario que hizo Tecnorrante (del Blog FIGURADURAS ) y la respuesta de Biscuter

Ajíes en Paloqueamo

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Fotos tomadas en el mercado Paloqueamo de Bogotá en un puesto maravilloso en el que dos señoras son la Biblia del ají

¿Qué es un Chef? (El caso de Andrés Carne de Res)

Dios Santo, éste es el Chef que debería estar en Madrid Fusión. Es un Maestro! (Palabras oídas al consagrado chef de una estrella Marcelo Tejedor (Galicia, España), al ver la operación del restaurante colombiano Andrés Carne de Res). I ¿Qué es un Chef de cocina? ¿Qué o quién lo titula? ¿Cuántas horas de experiencia ha de tener para considerarse tal? Preguntas complicadas de responder, salvo intentado un análisis relativamente objetivo acerca de la diferencia entre chef de cocina y aquellos que cocinan bien. Partamos de un principio simple y universalmente aprobado, como es decir, que todo aquel que comanda (o se jubiló luego de hacerlo) la operación gastronómica de un lugar que expenda o produzca comida para terceros, luego de haberse entrenado para ello, es un chef. Inclusive éste concepto es amplio, limitemos entonces nuestro análisis a aquellos que lo hacen en un restaurante: es decir a todo aquel que vive y alimenta a su familia gracias al hecho de ser el jefe de la cocina de un re

¿QUIERES CONTAR MIS ESTRELLAS?

Aunque antipáticas para quienes nos movemos en el ámbito gastronómico, las guías que clasifican a los restaurantes mediante escalas de valores (puntos, caritas felices, gorritos, estrellas, etc.) son un mal necesario. En un mundo profundamente competido como el de la Alta Cocina, basada en las propuestas, filosofías e investigaciones de sus autores, el retorno financiero de restaurantes que necesitaron inversiones importantes para preservar los estándares y expectativas que exige la dinámica del mercado de la cocina de excelencia, no puede supeditarse exclusivamente al histórico y lento fenómeno de mercadeo por "boca a boca"; ese tipo de restaurantes invariablemente necesita atraer a un público que desde el principio entienda el tipo de cocina a la que se va enfrentar y es allí en donde las guías cobran una importancia tremenda. Obviamente no se trata de un fenómeno exclusivo de la restauración ya que la simbiosis, a veces incómoda, entre empresario y crítico se repite en el