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Mostrando entradas de 2021

PEDIR AYUDA

Este año salí morado pero vivo de una depresión. Pintaba mal. No estoy hablando ni de cura ni de recuperación, sino de tránsito por un infierno. Aquí toca un lugar común. Me atropellaron pero hay luz al final del túnel. Y arranco este escrito así, sin eufemismos ni adornos. Sin miradas tangenciales ni rebusques, porque lo estoy escribiendo con un fin absolutamente concreto y es sugerir pedir ayuda justo en el momento en el que no hay ni fuerza ni ganas de hacerlo, y lo que sobra es un montón de vergüenza.  Pedí ayuda y aquí estoy. Se la pedí a la Iglesia y se la pedí a la medicina. Toda la vida he sido taciturno, solitario, tímido, le huyo al ruido, me pone nervioso el contacto físico porque no lo se manejar y soy bastante callado. Eso no es ni bueno ni malo. Uno o nace así o se va haciendo así. En psicoterapia me dijeron que probablemente por eso lidio bien con la fama, porque la vivo como un personaje y luego me retiro a mi encierro. Para quiénes están a mi lado, a ratos es com

INSTAGRAM Y EL ¡GUÁCALA!

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  Comienzo a tenerle miedo a Instagram. No poco miedo. Mucho miedo. La red se está convirtiendo en un dictador de lo que debe ser la estética de los platos. Ya no es únicamente que un plato “también entra por los ojos”, sino que debe ser “instagrameable”. Y uno de los grandes perdedores en esta loca carrera frívola es el humilde estofado. El casero guiso. El puchero familiar. Hay una palabra-expresión de uso en todo el caribe que es ¡Guácala! que se usa para expresar asco. Ni imaginan las veces que me escriben esa palabra en mis comentarios cuando publico una foto en Instagram de un estofado, una lengua en salsa, un pollo guisado, un estofado asiático. Es tanto, que sin querer he comenzado a autocensurarme. Un ejemplo fue ayer (3 de noviembre de 2021). Mi Mamá me enseñó a hacer un estofado de cubos de pollo que se cocinan con un salteado en mantequilla de jengibre, curry hecho con la fórmula que ella me enseñó, cebolla y semillas de cilantro, y se termina estofando en yogurt natural. D

LA COCINA VENEZOLANA VA A CAMBIAR EN LA PRÓXIMA DÉCADA

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I (Una madre India cocina en Los Andes venezolanos) Mi madre cocinaba comida de su natal Punjab muy sabroso. No solo como condumio cotidiano para sus hijos, sino en cuanta ocasión especial forzaban sus amigos para poder participar en sus festines de cultura de la India. Era en la Mérida universitaria de la década de los 70 del siglo XX. Años después pude ir a la India ya siendo cocinero, es decir con toda la curiosidad a flor de piel buscando conocer las técnicas e ingredientes con los que había crecido en los Andes venezolanos. Obviamente esperaba encontrar diferencias, pero una en particular me sorprendió sobremanera: en la India no usaban ají dulce y todas las recetas que había aprendido en la cocina de mi Mamá lo llevaban. Entendí entonces que la cocina de mi Mamá no era India-India sino India-Venezolana. A partir de ese momento casi que pude imaginar a mi madre en 1965 yendo por primera vez al mercado buscando sus ingredientes para descubrir que los había parcialmente y en muchos

ALBERTO ORTEGA (CARTA ABIERTA A LA ACADEMIA VENEZOLANA DE GASTRONOMÍA)

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A la izquierda Alberto Ortega como jurado de un concurso de cocina con Pan de Año Estimados, Me dirijo con el infinito aprecio que les tengo para plantearles que en las próximas premiaciones de la Academia se considere el nombre de Alberto Ortega para hacerle un homenaje de carácter póstumo. Sus palabras, sus premios, tienen un peso muy grande para Venezuela; como grande fue lo que hizo en apenas una década Alberto Ortega.   Alberto fue mi amigo, pero más que una elegía quiero que su recuerdo perdure desde valores medibles, trascendentes y de naturaleza técnica. Permítanme justificar las razones por las que les escribo esta carta acompañada de una petición tan concreta. I (INTRODUCCIÓN) El 23 de septiembre de 2021 murió en la Isla de Margarita Alberto Ortega, quién se ganó con mucha justicia el apodo del “Rey del pan de año” con que era bautizado en invitaciones a entrevistas de radio, o como preámbulo a sus presentaciones en los tantos festivales gastronómicos a los que fue invitado c

CHILE: TORMENTA PERFECTA

Para el año 2016 habían poco más de 60.000 venezolanos viviendo en Chile. Se trataba de una migración paulatina que durante seis años había hecho crecer a la comunidad desde los magros 10.000 habitantes que eran en 2010… un año después, en 2017, éramos 120.000. A partir de ese momento el crecimiento ha sido vertiginoso hasta alcanzar el casi medio millón que somos en este momento. Somos la primera comunidad extranjera en el país y representamos un tercio de todos los migrantes. Yo emigré a Chile en 2017, es decir lo hice en el año de la gran explosión de migración venezolana en este país, fui uno de esos 60.000 que entramos ese año. Como parte activa de una comunidad de tanto dinamismo como lo es la nuestra, he podido ir tanteando la atmósfera que se vive puertas adentro. No solo por haber transitado yo mismo el camino que va de la búsqueda de empleo hasta lograr autoempleo mediante un emprendimiento, sino porque en mi restaurante trato permanentemente con las historias, los sueños y l

Y VENEZUELA HIZO LA AREPA, Y LA AREPA NOS HIZO PRÓSPEROS

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  I Y VENEZUELA HIZO LA AREPA, Y LA AREPA NOS HIZO PRÓSPEROS El capítulo 2 de mi libro “12 Pasos Para Cocinar La Imagen De Un País” está dedicado al Derecho de Autor asociado al hecho gastronómico. Allí comento que en algunos casos se da por razones históricas y culturales (habría que ser necio para afirmar que el sushi no es japonés o la pizza italiana), en otros casos sucede por una salida curiosa como es patentando el tipo de envase en donde se vende el producto, a veces por es defensa legal mediante el registro de denominaciones de origen… pero en algunos casos es por vociferaczión. Y amigos: Venezuela está vociferando arepa por el mundo. De ser prácticamente desconocida nuestra cocina hace apenas una década, hoy es masiva y cotidiana la presencia de palabras como arepa o tequeño, y quienes enarbolan la bandera de esa embajada informal y comestible por el mundo son miles de familias emprendedoras que han montado negocios de comida de diferente escala. Es natural que así sea luego d

LA ANOSMIA Y EL SILENCIO

I DE LA EMPATÍA Comenzó como un resfriado suave. Uno de esos que hacen que tengas frío cuando no corresponde y que le digas a tu esposa que te toque el cuello con la palma de la mano para ver si uno tiene quebranto. Me acosté un poco antes de lo normal porque es lo que pedía el cuerpo. Antes me serví un ron seco. El primer trago supo a gloria. Cayó bien. Leí para ir agarrando sueño y extendí la mano hacia la copita. La llevé a la boca y nada. Nada. Olí y nada. Nada. Así empezó la anosmia. Brutalmente repentina. Literalmente entre un trago y otro. Cuando escuchaba que a algunas personas con Covid les daba anosmia, imaginaba un proceso paulatino. Y no, la cosa, al menos en mi caso, es como un pasador eléctrico que de repente bajan y ya. Desde que empezó la pandemia me he cuidado mucho y de paso al momento de contraer covid tenía las dos vacunas, pero este bichito es esquivo y artero. Me cuidaba por miedo, porque de muy cerca he visto sus consecuencias, pero de todo a lo que más miedo le