HAGAMOS ALGO YA POR LOS PROFESORES JUBILADOS EN INDIGENCIA

I

Mi madre era una indigente. Por suerte murió sin saberlo.



A mi país le entran divisas y no son pocas. Sucede principalmente por renta petrolera, blanqueo de capitales, remesas familiares y extracción de oro. Uno quisiera que los ingresos fuesen por turismo, servicios (lo que incluye vender ideas, arte, intelectualidad) y obviamente también por exportación de bienes transformados. Uno desearía que el dinero llegará porque sabemos hacer autos y no porque le arrancamos oro sin leyes de contención a una ecología frágil. Uno desearía que el dinero llegara porque la gente viene a hacer postgrados a nuestras universidades y no porque estamos esperando la lotería de los 100 dólares por barril. Uno desearía que el dinero llegara porque entran y entran aviones llenos de extranjeros que sueñan con conocer nuestra geografía, y no porque un narco deja sus migajas de dinero y sangre en el suelo. Claro que uno quisiera que el dinero que llega no es de quien se mudó a otro país porque esa persona está en su derecho de tener la vida digna que quiere tener, sino que sea un dinero que entra porque alguien en Roma está comiendo un chocolate que hizo en su fábrica un industrial venezolano.


Uno quisiera tantas cosas, pero hay una realidad: a Venezuela cada día le entra dinero. Se podrá juzgar la manera en que se concentra sin auditoría ese dinero en un círculo minúsculo, pero tarde o temprano ese círculo del horror necesita comprar cosas, que les hagan servicios, construir casas, comer. Y así ese dinero va rodando, circulando, llegando de manera absolutamente legítima a las manos de quien sabe hacer algo que los ricos de Venezuela necesitan.


No juzgo a quienes pueden comprar cordero importando de Nueva Zelanda en los bodegones de Venezuela. La gran mayoría lo hacen con dinero que han obtenido de manera legítima por su trabajo. Es más, me alegra que haya personas que estén ganando salarios dignos que les están permitiendo vivir con dignidad y darse lujos. Salvo que se pertenezca a la micro clase que dispone (insisto: sin auditoría) de los ingresos de la nación y decide cuánto y cuándo abrir el chorrito para abajo, los venezolanos han sufrido demasiado y me alegra muchísimo que estén viviendo este respiro económico.


Pero colindante a ese respiro, hay personas como lo fue mi madre universitaria jubilada indigente. Sólo que en su caso la limosna se la dábamos sus hijos. Porque no hay derecho a que ella tuviera que pedir y recibir dinero cada semana desde el exterior para poder comprar pan o ropa después de haber dedicado desde 1965 su amor, su intelecto y sus ganas de servicio a la Universidad de los Andes.


Y murió una profesora. Y encontraron a su marido al lado moribundo. Y eran profesores. Como mi Mamá y mi Papá. Y de bolas que me tiene removido. Me sentí frágil puesto ante ese espejo.


Y ustedes podrán decir, legítimamente, ¿Si te fuiste al exterior porque no te llevaste a tu Mamá si el estado venezolano la había abandonado? ¿Si tu Papá, el profesor Raúl Estévez, tiene 80 años porque sus tres hijos no se lo llevan a sus casas? Pues porque en la mía vivirían en un minúsculo cuarto de huéspedes en una casa en donde nada es suyo, pero si le mandamos dinero, en Venezuela viven con sus amigos, sus cosas, su país y su casa de toda la vida.


Y así, Venezuela va pasando a ser un país de viejos solos. Amados, pero solos. 


Viejos pobres. Viejos indigentes.


Viejos que nunca debieron ser indigentes.


Y hay que hacer algo. Y hacerlo ya. Porque el caso de esta semana destapó una realidad de profesores universitarios que, sin decirle a nadie, viven en sus cubículos de la universidad porque ya no pueden pagar el alquiler de un apartamento que nunca pudieron comprar.


¿Y saben qué? Pedir ayuda cuando se tuvo una vida digna es muy jodido. Lo sé por mi Mamá que se murió pidiendo perdón porque tenía que recibir remesa de sus hijos, por mucho que le dijéramos que era nuestro deber y que lo hacíamos para pagarle lo que había hecho por nosotros.


Venezuela está llena de viejos solos que no saben como pedir ayuda. Viejos muy pobres y pasando mucha hambre.


Y hay que hacer algo.



II

¿Qué podemos hacer?


Ante situaciones tan complejas como esta existe un ejemplo a donde mirar. Se trata de como el Hospital de Mérida manejó la realidad de estudiantes de postgrado que estaban abandonando los estudios porque ya no tenían para alimentarse. Cuando digo que no tenían para alimentarse no es un eufemismo, literalmente empezaron a enflaquecer. Eso no solo implicaba perder algo fundamental como son especialistas en el área de salud, sino ver con impotencia como esos médicos abandonaban todo ese esfuerzo de formación para hacer trabajos que les permitieran vivir.


Para ello se constituyó una fundación, se hizo un censo, se definieron alcances y paquetes de ayuda, y se salió a la calle a pedir dinero.


Los tres primeros puntos dependen de un gremio… el último punto depende de usted y de mi.


Voy a esquematizar el proceso, para desarrollar un poco cada punto.


EL GREMIO: Toda ayuda debe ser coordinada. Por eso ante grandes tragedias nacionales es fundamental que la ayuda internacional pase por organismos que están preparados para ser efectivos. Una cacofonía de buenas intenciones, si no tiene orden, termina por ser inútil hasta diluirse. Los ciudadanos de a pie, usted, yo, poco podemos hacer. Pero si muchos como usted o como yo juntamos algo y ese algo sumado se vuelve mucho y ese mucho se distribuye por quien conoce la realidad ¡Allí si cambiamos esa realidad!


No sé que gremio debe tomar la batuta, solo sé que sin ese gremio coordinador no es posible. Se necesita legalidad para recoger dinero y dar cuenta de él.


EL CENSO: Lo de los profesores de Mérida re-destapó una realidad. Como siempre sucede en estos casos, pasan unos días de trending topics de redes sociales a modo de catarsis, aparecen otros cuentos que están por allí… y listo. Allí queda el dolor. No es por mala intención, no es por indolencia colectiva, es simplemente porque poco podemos hacer. O eso creemos. Por ello es tan importante que el gremio que asuma esta labor haga un censo de nombres y realidades. Habrá los que están bien económicamente, pero hace rato están solos. Habrá casos de extrema urgencia a los que atacar de inmediato. Habrá los que digan “estoy bien y me quiero sumar a ayudar”. Cada casa y cada caso es un mundo y hay que censarlo.


LAS AYUDAS: Censar también permite listar realidades y con ello ponerle número y frecuencia a las ayudas necesarias. Visitar a un viejo que está solo cuesta dinero. Hacer un paquete de comida semanal cuesta dinero. Regalar un celular con saldo para que alguien se comunique con su familia cuesta dinero. Ayudar con la parte de un alquiler cuesta dinero.


Hago un aparte con lo de las ayudas para que se entienda que en muchos casos no es un tema de dinero. No sentirse útil mata, no solo la soledad. Es más complejo ayudar en este aspecto porque es menos concreto que hacer un depósito, pero muchos mucho podemos hacer. Mi padre es un adolescente de 80 años justamente porque él, por su cuenta, se las ha arreglado para seguir teniendo tesistas o asesorar o dar clases. Así que sé de lo que hablo.


NOSOTROS Ó COMO BUSCAR DINERO: Una vez que se han resuelto los tres puntos anteriores conseguir dinero es menos difícil de lo que parece. Hacer teletones, jornadas de donación, crowfundings o buscar gente que apadrine monetariamente a un profesor es realmente fácil.


Allí entramos usted y yo. Juntos. Mi hermana manda mensualmente un dinero para apadrinar a través de la fundación la manutención de un residente de postgrado de medicina ¿Imagina usted el cambio que un esquema así podría traer a un profesor en estado de indigencia?


Yo no puedo organizar esto, pero claramente puedo organizar una jornada para buscar dinero una vez que se den las condiciones. Otros podrán apadrinar, otros donar un dólar en un crowfunding.


Es cuestión de comenzar. Yo también seré viejo. Claro que tengo miedo. Quiero pensar que en ese momento, de tener la necesidad, sabré pedir ayuda y habrá quien quiera ayudar. 

Comentarios

Carmen J Álvarez M ha dicho que…
Que bonito, existen tantas maneras de ayudar y contribuir! Soy profesora universitaria e investigadora de LUZ y lo que escribes es una cruda y triste realidad. Juntos somos más y más fuertes
Elizabeth ha dicho que…
Me sumo a tu escrito. Soy docente titular titular de la UCV, me mantengo activa pues siento que eso me conserva tanto física y mentalmente. Soy de las afortunadas de tener mis hijos aquí en el país y me apoyan,sin embargo no podríamos afrontar un proceso patológico, así que cada día agradezco la salud que disfruto,sin embargo, todos los días encontramos llamados de auxilio que nos llenan de angustia. Nuestra organización gremial ha llevado un programa de apoyo, pero prácticamente solos. Si algo se tiene que hacer. Comencemos por ubicarnos y constatar cómo están. Todos sin olvidados.
Unknown ha dicho que…
Apoyo tu comentario.
Y el personal administrativo y obrero también deberían de ser incluidos
Blanca Figueroa @somevem_chile ha dicho que…
Sumito ..querido Sumito : leerte siempre un placer por lo sublime y solidario .Coincido contigo q hay mucho q podemos hacer 👍Para los Residentes de postgrado de Medicina en Vzla 🇻🇪, los mismos medicos y la Sociedad civil Vzlana siempre solidaria,desde Venezuela 🇻🇪 y muchos paises,organizamos la Campaña “AdoptaunResidente”,auspiciada por la ong de Medicos SOMEVEM (Soc Médicos Vzlanos en el Mundo)..iniciando en el 2018 desde Chile en @somevem_chile a la UCLA y rápidamente se propagó e imitó para el resto de las universidades vzlanas,independientemente y con el mismo éxito .Llevamos más de 500 residentes beneficiados de 5 universidades y vamos a cumplir 5años en Marzo 2022.
Se cumplió con un Censo de estudiantes vulnerables y luego campaña recolección de dinero y Apoyo emocional y académico aparéjando Padrinos/Ahijados; significó un esfuerzo mutuo y armónico,muy valioso entre los Médicos en 🇻🇪 Y los q estamos afuera.
En este caso de los Profesores universitarios jubilados q están invisibles siempre es indispensable q las actuales directivas universitarias o sus departamentos de recursos humanos permitan a los Actuales miembros y sus Egresados tejer una nueva Campaña de soporte y asistencia q significa,como tú dices dinero .
Nada es imposible si todos nos abocamos a solucionarlo 💪🏻
Libby ha dicho que…
Sumito, gracias por tu escrito,la verdad es que duele mucho leer este tipo de información,gente mayor que tanto ha ayudado al país,hoy en plena indigencia,gente que nunca pensó verse en esta situación pues para eso estudiaron y trabajaron duro toda su vida.La buena noticia es que en medio de esta barbarie que está arrasando con nuestras instituciones y no tiene piedad de todos los que han dedicado su vida al país,hay gente que se está moviendo desde el exterior para ayudar de una manera u otra.Asi estamos un grupo de egresados y ex profesores de una de las escuelas de allá.Lo hacemos con mucho amor y con la esperanza de que vnuestro granito de arena contribuya en algo a detener el desmantelamiento cultural, científico y cultural de nuestro país.Ojalà otros se una a estás iniciativas y no solo se queden en la queja y en el lamento
Carlos Torrealba Rangel ha dicho que…
Sumito: Excelente artículo y también la iniciativa que propones. Lo voy a divulgar por mi red de contactos y redes sociales. Casos como los que explicas son ahora muy frecuentes en profesores y maestros. Mi esposa es socióloga y por su trabajo conozco muchos casos de viejos en situación de abandonos. Es muy triste lo que está ocurriendo. Soy de los que cree, al igual que tú, que hay que promover y apoyar redes de solidaridad en forma organizada, para que la ayude llegué a quienes la necesiten. Y las ayudas son de varias naturalezas, no solo es económica, es acompañar también a la gente con momentos de alegría y humanidad. Saludos y gracias por tu escrito. Carlos Torrealba Rangel, Caracas, Venezuela.
Rosa Alvarez ha dicho que…
Totalmente de acuerdo, trabajo en el área de investigación agrícola en Venezuela y veo con preocupación la falta de relevo, la situación de los profesores jubilados y activos es deplorable, admiro a ese grupo que aún en estás circunstancias están dando clases y a ese grupo de estudiantes que se niegan a renunciar. Hay que hacer algo y por mi parte haré lo posible para ayudar.
Edgar ha dicho que…
Hola, ojala tus palabras hagan eco, soy profesor universitario activo, y tuve el honor de conocer a tu padre, casi me dio clases. El primer punto es un poco dificil, hace un par de años tuve la posibilidad de viajar, a hacer trabajos de limpieza y demolicion por un par de meses, pero que me permitieron regresar y seguir manteniendo mi familia mientras regalo mi tempo a la ULA, en fin, por alla conoci a la Diaspora, vi como estan dispuestos a ayudar, al regresar pense en algo similar, "Regala un cafe a un profesor", ni te imaginas la cantidad de "PEROS" que me pusieron en el GREMIO, a tal punto que abandone la idea, al ver las noticias, no solo las de esta semana, donde acaba de morir otro trabajador que vivia en un salon en FACES,recordar a mi amigo Wilson Herrera, fisico, quien murio tambien viviendo en su cubiculo por no poder pagar un alquiler, desearia no haber abandonado esa idea y haber insistido mas.... Tocare nuevamente las puertas del GREMIO, a ver si en esta ocasion, si estan dispuestos a asumir el riesgo de ser perseguidos por ayudar....
Unknown ha dicho que…
Sumito de lo que sentía tu mamá porque yo lo vivo en carne propia, vergüenza de pedir a los hijos después de dedicar más de 40 años de mi vida a la docencia, mi jubilación no alcanza para nada y si me siento una indigente
Ruth ha dicho que…
Hola Sumito.
Celebro tu propuesta y espero que tenga receptividad para conseguir las vías para canalizar la ayuda. En mi caso mi esposo y yo emigramos, los dos jubilados. En los tiempos que pensamos podríamos estar tranquilos, nos tocó buscar trabajo fuera del país especialmente para terminar de apoyar a nuestros hijos para que terminaran sus estudios y puedan construirse un futuro. Afortunadamente todo nos ha salido bien, pero como decía una de las profesoras que intervino antes, gracias a que la salud nos ha acompañado, porque se siente uno frágil al saber que no podría afrontar un tratamiento costoso. Y todo es más difícil porque cuando crees que te llegó el momento de disfrutar tu pensión, tus prestaciones y tu propiedad, descubres que la pensión no vale nada, que las prestaciones, como es mi caso, ni siquiera me la llegaron a pagar y, si me la pagaran hoy, con la devaluación, no valdría nada y el apartamento imposible de vender con los precios que tiene. Total el régimen da un claro mensaje, no se preocupe por trabajar toda su vida, porque todo le será arrebatado, los ahorros de su vida devaluados y las propiedades no tendrán valor. Sería maravilloso que la sociedad organizada, defendiera a sus profesoreso universitarios y, no estaría mal pensar también, en sus maestros. Sería interesante ver qué se puede hacer a pesar del propio régimen que obstaculiza cualquier plan de ayuda por su necesidad de ser el único proveedor de la población para asegurar su dependencia. Así como tú, yo estoy dispuesta a ayudar, pero no tengo el tiempo ni la capacidad para organizar esta tarea que realmente es urgente para nuestros profesores jubilados.
Anónimo ha dicho que…
Soy docente jubilada UCV pero siempre colaborando en el servicio q cree en el Centro de Estudios de la a Mujer o se ya atender mujeres víctimas de violencia. Estoy donando ya algunos insumos de alimentacion a traves de una hija de docente ucevista a repartir entre unos 80 docentes necesitados. Ella busca los donativos y los reparte. Profa. Ofelia Alvarez.Escribir a fundamujervenezuela@gmail.com
jesus rondon nucete ha dicho que…
La iniciativa de Sumito Estévez me parece interesante y además práctica. Es necesario hacer algo para mejorar la condición de los docentes (de todos los niveles) en Venezuela. Sin embargo, debe pensarse también en sus necesidades intelectuales. Cómo ayudarlos a publicar sus trabajos? Cómo contribuir para que sus obras circulen y sean útiles? Cómo podrían adquirir libros y revistas? Me agradaría, con ese fin, hacerle llegar a S.E. algunas ideas. Podría alguien enviarme su e-mail?
Anónimo ha dicho que…
Como puedo ayudar? Soy ingeniero informático, puedo dar apoyo a nivel técnico.
Maru ha dicho que…
Buenas, saludos a tod@s;
Gracias Sumito por tocar una de las muchas realidades a las que podemos aportar para construir una nueva. Casualmente (o no) desde hace 1semana estoy organizando un sistema de ayudas a profesores de Ingeniería de la UCV. ¿Por qué tan especifico? Porque ahora he pasado a ser del “gremio” de forma telemática y voluntaria, por lo que tengo contacto directo con los profes de ahí. (Aunque el sistema que propongo puede ser extensivo a otros gremios, sería necesario un voluntario para su coordinación).

La única diferencia es con lo que expones sobre una organización o fundación, con todo respeto, siento que no se puede confiar en las instituciones en Vzla, para hacerlo todo “legal” y hacerlo requiere muchísimo tiempo; eso por un lado. Por el otro, tengo comprobado que para que algo de este estilo cale, debe ser un esfuerzo comunitario, cuanto más horizontal, mejor, así las cargas repartidas se llevan más ligeras. Por esto, en mi propuesta la ayuda es 1 a 1, respaldada por todos los que decidamos participar. Sin intermediarios (porque en Vzla la necesidad corrompe hasta al más noble), aunque sí con un censo y coordinación, porque el orden es fundamental.
No será una tarea fácil, pues hay MUCHO que atender, pero como egresada y agradecida con la UCV; siento que nos toca a nosotros, sus hijos, Ser la casa que vence las sombras.
Dejo por aquí mi IG para quien quiera saber más me escriba un privado (no hay nada publicado para que no se convierta en motivo de proselitismo político de ningún color, tampoco es necesario que me sigáis), y mejor aún brindar una mano en esta empresa, que solo será posible si hacemos entre tod@s: @aleph.vav
Gracias por leer, un fuerte abrazo!

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