LA AREPA RELLENA VENEZOLANA

 

I

(Ay con los ismos)

Al sufijo ismo le tengo miedo. Siempre ha sido así. En algunos casos, como en comunismo, capitalismo o facismo, convierte a las comunidades y al dinero no en instrumentos del bien común sino en ideologías que piensan por ti. En el caso de las personas, como en chavismo o trumpismo, convierte a seres normales en objetos de idolatría; y en cualquiera de los casos convierte a las personas en ciegos a los que les han robado toda libertad. En otros casos, como en regionalismo y nacionalismo, el sufijo convierte a los sentimientos colectivos en un fanatismo (otro ismo) que niega al otro hasta reducir tu propio mundo a un punto. Y en el caso médico, como en meteorismo o priapismo, convierte lo natural en una condición crónica de carácter patológico.

No. No me gusta el sufijo ismo. Me da miedo. Como me asusta cualquier fanatismo.

En lo que a mi atañe, me refiero a la gastronomía porque a ella la escogí como lente para entender al mundo, a las palabras regionalismo y nacionalismo les tengo terror. No me refiero a entender lo regional para saber quién eres y de dónde vienes, ni me refiero a lo nacional como frontera que te define. No. Me refiero a el par de ismos. Porque lo ideológico castra y lo crónico muere.

Es una gran ironía, pero en gastronomía cerrar filas con ismos termina por matar al objeto amado de ese fanatismo. Es un orgullo cuya victoria es pírrica.

 

II

(Eso no es una arepa)

Recientemente hice una arepa vegana inspirada en los sabores de un kafta (carne vegana, canela, comino, páprika, semillas de cilantro, humus como untable, etc.) y con objetividad afirmo que quedó muy rica. La publiqué en mi red social y hubo algunos comentarios de coterráneos míos, claramente ofendidos, afirmando que eso no es una arepa. No tengo idea de si son más los ofendidos o más aquellos a quienes les da igual. Una red social es la peor herramienta para establecer estadísticas ya que algunos comentarios en contra o a favor no puede establecer ningún patrón. Pero si me centro en el hecho de que por los años que tengo en esto ya son muchas las personas que he conocido que afirman que la cocina venezolana debe presentarse en los congresos como es y sin inventos.

No afirmo que hacer una arepa vegana con falafel esté bien o mal ya que eso lo deben decidir los críticos que se han formado para eso y los intelectuales que no cocinan pero hacen algo más importante que es pensar, pero en lo que respecta a mi presentar una arepa así es coherente porque es la continuación del discurso que traigo desde hace muchos años de marca-país. Agradezco que una arepa cruce fronteras con un relleno amable (en este caso para veganos mediterráneos) porque no a todos les tienen que gustar algunos de nuestros rellenos cuasi dadaístas como el de huevos de codorniz con salsa rosada o el tapa arterías de paté industrial de lata acompañada con grasa saturada (margarina).

Gastronomía no es solo recetario, también es productos de exportación y estilo de vida. Si queremos que Venezuela sea vista con orgullo en el mundo inevitablemente tendremos que aprender a exportar su gastronomía e inevitablemente tendremos que hacer de la arepa una de las puntas de lanza como embajadora y vehículo de exportación tanto de productos como de cultura. Y cuando la arepa viaje tendremos que aceptar que se casa con otros. Así como la palabra spaguetti dice Italia en donde sea que esté, arepa dice Venezuela o Colombia. Pero así como los venezolanos comemos spaguetti con frijoles negros y queso blanco fresco híper salado en lugar de parmesano, nos toca entender que a la arepa la van a rellenar de muchas cosas. Algunas muy locas para nosotros como es mermelada o una crema de avellana con chocolate, y otras muy normales como puede ser un tomate con mozzarella.

 

III

(Está arepa rellena si es venezolana porque es la de verdad)

Vuelvo al tema de los regionalismos. Hay que tener mucho cuidado. Especialmente cuando de arepa se trata.

El tema no es que el relleno sea vegano porque si a ver vamos una arepa rellena de caraotas negras (frijoles) con aguacate y plátano frito es vegana, y no sería un relleno exótico para alguien de Venezuela. El tema tampoco es que el relleno sea árabe, total pocos areperos más reconocidos que los Hermanos Moya de la Isla de Margarita y su arepa más famosa es de pescado con queso pecorino y aceite de oliva. No, el tema es que no existe la verdadera arepa rellena y esa, irónicamente, es su grandeza.

Pensemos por ejemplo en horas de consumo y en preponderancia en la mesa. Creo que todos estaríamos de acuerdo que salvo exóticas ocasiones, los spaguetti no se comen de desayuno y en Italia jamás como plato principal, o que un croissant es para desayunar. A eso me refiero con hora de consumo y preponderancia. Pero una arepa se come de mañana y se considera desayuno, se come como entrada o como único plato en un almuerzo y comerla en la cena es natural. Así que probar venderle a un extranjero lo de la arepa de verdad está bien difícil al menos en lo que ha este par de aspectos se refiere, porque la primera pregunta que nos haría sería ¿A qué hora suelen comerla?

Intentemos otro acercamiento más seguro: la temperatura. Digamos que todos estamos más o menos de acuerdo que el relleno de carne de una hamburguesa debe ser caliente. Probemos entonces mejor decirle a un extranjero cual es la temperatura del relleno de una arepa de verdad ¿Será el frío relleno de una reina pepiada con su carga de pollo frío y mayonesa? ¿Será acaso la quema labios frita rellena de tibio relleno de queso? ¿Será la tibia arepa a la plancha rellena de guiso de carne que escalda? ¿Será esa rareza que es la rellena de pulpo frío a la vinagreta? Como que por aquí tampoco es la cosa para definir a la arepa de verdad.

Ya se, probemos con los ingredientes. Así como nadie dudaría que una salsa de mostaza de Dijon es de origen francés, debemos nosotros poder decir que la arepa de verdad es la que rellenan de productos venezolanos o de recetas típicas venezolanas ¿Arepa rellena de queso blanco criollo rallado? ¿Arepa rellena de pabellón venezolano (frijoles, plátano y carne esmechada)? ¡Venezolanas inequívocamente! Bien, estamos llegando a una solución. Lástima que la clásica de bacalao del Mercado Quinta Crespo que comen obreros hace décadas no califique, o la de queso amarillo tipo Muenster con la que se desayuna medio país. Habrá que dejar de servirlas para poder hablar de la arepa de verdad.

Podría seguir y seguir mostrando lo “irracional” que es una arepa rellena como concepto. Podría alegar que es el origen pero no caeré en el cuento de Colombia y Venezuela porque ya cansa por innecesario. De hecho lo de la pelea del origen es la prueba de lo tonto que es un ismo cuando acompaña la palabra nacional. Podríamos intentarlo por su receta, pero tendríamos que decidir si es la de maíz pelado, maíz pilado o maíz precocido “la de verdad”. Como dije, pordría seguir ad infinitum pero no llegaríamos a nada porque la verdadera grandeza de la arepa no está en reducirla, sino justamente en convertirla en un estilo universal de vida que viene acompañado de una forma cultural “a la venezolana”.

Es más, el mismo concepto de arepa rellena es un invento que no tiene más de 100 años y para variar cartageneros (Colombia) y caraqueños (Venezuela) se pelean la invención. Así que afirmar que existen algunas de verdad no es más que bravuconería de ismos. Es más, a mi como andino me parece que “la de verdad” es de queso ahumado con un buen chorizo español de España, aunque suene redundante.

 

IV

(Made in Venezuela)

Yo me alegro mucho cada vez que en congresos, anaqueles de supermercados, menús de restaurantes de otro país, despensas de casas o en películas aparece de una u otra forma el “made in Venezuela” y, termino insistiendo, la desordenada y anárquica arepa rellena venezolana es una embajadora soberbia para lograrlo ¿Desea usted rellenarla de anchoas porque así le gusta? ¡Pues bienvenida que aquí lo que importa no es el relleno sino el sobre!