CERRANDO UN CAPÍTULO... ABRIENDO OTROS


Ayer se graduó la cohorte Nº 11 de alumnos de nuestra escuela de cocina. Una jornada con una carga emocional bastante importante tanto para mi compañera de vida Sylvia, como para los profesores como para mi.

Voy  a tratar de resumir la historia para que se entienda.

Cuando el paro petrolero de diciembre 2002 Sylvia y yo quedamos desempleados. En enero 2003 comenzamos a dar cursos de cocina en la cocina de nuestro apartamento en Caracas por necesidad. En Mayo un amigo nos prestó un apartamento vacío en Caracas y ella, el chef Héctor Romero y yo empezamos a dar cursos de cocina allí. Evolucionó y nació nuestra escuela de cocina Instituto Culinario de Caracas (ICC). En 2005 mudamos la escuela a una casa grande que alquilamos y allí funciona aun ICC. En 2009 Sylvia y yo decidimos mudarnos a la Isla de Margarita. Vendimos en Caracas nuestros hogar y compramos una casa en La Asunción. Nuestra única casa en la tierra. Lo que vinimos a hacer en Margarita no resultó y tomamos la arriesgada decisión de mudarnos alquilado y sacrificar nuestra casa para convertirla en una escuela de cocina. En 2010 fundamos en casa el Instituto Culinario y Turístico del Caribe (ICTC), nos separamos de Héctor y del proyecto en Caracas y emprendimos el camino solos.

Hicimos una escuela siguiendo el modelo de Caracas. Es decir una educación integral de muy pocos alumnos (solo aceptábamos 16 cada tres meses dentro de un régimen trimestral de estudio) en donde venían todo el día, todos los días, todo el año.

Cuando empezó la bomba atómica de la crisis económica con sus dos componentes de escasez e inflación mensual, Sylvia y yo nos dimos cuenta que la escuela no iba a ser viable económicamente. Nosotros poníamos todos los ingredientes y para sobrevivir con tan pocos alumnos nos iba a tocar cobrar una barbaridad y hacer aumentos mensuales… o desmejorar nuestra filosofía de enseñanza, cosa que no queríamos.

Fue bastante duro hace una año, los dos flotando mar adentro que es en donde solemos hacer nuestras reuniones, decidir cerrar esa etapa y migrar a lo posible. A partir de ese momento dejamos de aceptar nuevos alumnos y fuimos esperando que los tres trimestres en curso fuesen avanzando hasta graduarse. En el camino reestructuramos la escuela a lo que es hoy en día: Diplomados de gerencia, de emprendimiento y múltiples talleres cortos de cocina, pastelería y panadería que pueden tomarse de manera independiente. Digamos que si alguien los tomara todos y hace pasantía en mi restaurante, equivale a lo que antes impartíamos.

Sé que cuando el país mejore volveré a buscar la manera de tener el componente de educación intensivo y casi de internado que tuve.

El caso es que ayer, luego de terminar sus pasantías externas, se graduó el último grupo… y con ello cerramos un capítulo de mi historia. Uno muy importante.

Comentarios

Albio ha dicho que…
Hola Sumito.
En este breve compartir que haces, es notorio tu constante apertura al cambio, reto, insistir en un sueño y lograrlo a través de la acción.
Se puede observar esperanza y un nuevo plan con la reinvención por medio de diplomados, talleres, cursos cortos. Pero vaya que no deja de dar dolor que el proyecto de formación inicial tenga que pasar por una pausa forzada.
Me dejó algo triste esta lectura.
¡Que celebrado será el día en que empiecen las aperturas y no los cierres!
Saludos, suerte y éxito (si ambas siempre ayudan)
Albio.-

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